Cuenta la leyenda que se escucha entre la espesa vegetación de las montañas de Matagalpa, el eco que canta sobre un amor prohibido entre Yasica y Yaguare, dos hermanos miembros de una mismo tribu indígena que emprendieron un amor prohibido.
El propietario del Salto Santa Emilia — mejor conocida como Cascada Blanca — Víctor Veizaga, cuenta que el chorro espeso y que inspira tanta paz, es producto del sacrificio de estos dos amantes que prefirieron partir del mundo fundidos en un solo ser para toda la eternidad.
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