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Luego de diez días en la capital, miles de devotos y tradicionalistas despidieron a Santo Domingo de Guzmán dejándolo en la Iglesia Las Sierritas, templo donde permanecerá otro año recibiendo a hombres, mujeres y niños, quienes llenos de fe se acercan a la diminuta imagen para pedir milagros o agradecer por los concedidos.

A eso de las 6: 00 de la tarde, el pueblo, promesantes vestidos de Vacas Culonas, Indios, los famosos pintados y unos 150 cargadores acompañaron hacia la empinada subida del templo, al Santo que entró triunfante a ritmo de filarmónicas, fuegos artificiales y bailes.