Nicaragua se congregó en la Plaza de la Revolución a pedirle a Dios con fe, de la mano del Pastor Jorge Rashke para decir no a la guerra, ni destrucción, por eso, en ayuno se reunieron a ponerse a adorar a Dios para que sea él quien devuelva esa paz que tanto necesitamos.
El pueblo de Nicaragua esta seguro que Dios va a cumplir porque en él confiamos y es nuestro juez y abogado.