Durante los últimos cinco años, he dicho a los extranjeros que visitan Nicaragua: "No crean en las noticias sobre nuestro país, pueden ver con sus propios ojos que lo que dicen no es cierto". Ahora estoy en Caracas como parte de la delegación de 568 personas de Nicaragua participando en los V Juegos del ALBA y cada venezolano con quienes he hablado durante mis dos semanas de estadía repite esas mismas palabras. Los dos países han sufrido la propaganda y las medidas económicas coercitivas impuestas por Estados Unidos y ambos siguen resistiendo.

ALBA

ALBA, la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, fue iniciada hace casi 20 años por Venezuela y Cuba como una alternativa a la llamada propuesta de libre comercio de Estado Unidos [el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) que finalmente fracasó]. Más que buscar beneficiar a las grandes empresas, el comercio del ALBA se basa en la complementariedad, la solidaridad y la cooperación. Los países miembros de ALBA actualmente se han expandido para incluir a Antigua y Barbuda, Bolivia, Dominica, Grenada, Nicaragua, Saint Kitts y Nevis, Santa Lucía, San Vicente y las Grenadinas.

Los primeros Juegos del ALBA se realizaron en 2005 para unir a los pueblos de la región a través de la amistad, la cooperación y la fraternidad entre los deportistas y se celebraron con mucho éxito cada dos años hasta 2011. Desde la muerte del Comandante Hugo Chávez en 2013, los Juegos fueron suspendidos debido al aumento e intensificación de las medidas coercitivas unilaterales (sanciones) contra Venezuela, Cuba y Nicaragua y luego la pandemia del COVID-19.

Juegos ALBA 2023 en Caracas

Este año los Juegos se realizan nuevamente en Caracas con delegaciones de todos los países del ALBA y Rusia, participando en 33 disciplinas deportivas. Mi familia está aquí como parte del equipo de artes marciales Kenpo Karate de 14 miembros: nuestra hija Orla competirá y mi esposo y yo participamos como apoyo técnico.

Nuestra participación en los Juegos estuvo lejos de estar garantizada - Kenpo no es un deporte muy conocido en Nicaragua - sólo tenemos una escuela en el gimnasio municipal en Ciudad Sandino, justo al norte de Managua y nuestra experiencia competitiva ha sido principalmente en nuestra propia escuela.

En cambio, Kenpo es un deporte popular en Venezuela. Sin embargo, para incluir al Kenpo en los Juegos, se requiere la participación de al menos dos países. Así, con el apoyo del Instituto Nicaragüense del Deporte (IND), la Comisión Nicaragüense de Artes Marciales Mixtas (CONAMMIP) y la Alcaldia de Ciudad Sandino, nuestro instructor o Sensei, Pedro Sánchez, pudo traer un equipo de Nicaragua a Venezuela para participar en los Juegos.

Kenpo

La primera vez que entré en un Dojo tenía 38 años. Estaba trabajando con un grupo de adolescentes en riesgo y las llevé al gimnasio municipal de Ciudad Sandino a la clase de Kenpo para aprender los fundamentos de la defensa personal. No esperábamos que la clase tuviera 50 estudiantes y pude ver a las niñas encogerse por dentro cuando vieron lo lleno que estaba. Sacudieron sus cabezas y susurraron: "No, Profe, no puedo hacer esto".

"Tonterías", les dije, "si yo puedo hacer esto, ustedes también pueden". Con una confianza que no sentía, me puse al final del grupo y las chicas me siguieron; desde entonces he estado entrenando. Seguidamente puse a mis hijas de 8 y 10 años en la clase y ahora hemos ganado cinturones negros.

Al principio, entrenábamos descalzas sobre losas de concreto, corriendo, pateando y cayendo sobre el piso duro. Competíamos con las manos desnudas y sin cascos. Gracias a la inversión en deportes de la Alcaldía, ahora contamos con equipo de seguridad y practicamos en tatami esponjoso. Hemos visto la importancia de las clases gratuitas: muchos de nuestros estudiantes obtienen becas deportivas para ingresar a la universidad y algunos de los mejores luchadores de artes marciales mixtas (MMA) y kick-boxing del país provienen de nuestra escuela. Ahora diez de nuestros mejores jóvenes deportistas tienen la oportunidad de viajar a Venezuela.

Todos los equipos deportivos se embarcaron en un vuelo directo de Managua a Caracas en la aerolínea estatal venezolana CONVIASA. El avión es un mar de chaquetas con todos vestidos de azul y blanco, nuestros uniformes oficiales y zapatos nuevos. Para la mayoría de nuestro equipo, es la primera vez en un avión.

Al llegar, fuimos recibidos con los tradicionales tambores afrocaribeños y trasladados a un hotel cinco estrellas -cortesía del gobierno venezolano- en el Estado Miranda, a pocas cuadras del gimnasio donde competiremos. El hotel tiene 18 pisos, cuatro más que el edificio más alto de Nicaragua. Nuestro equipo se queda boquiabierto junto a la piscina de la azotea mientras los brillantes loros azules y amarillos pasan volando a la altura de los ojos.

"Ha Sido un Ataque Brutal"

Venezuela floreció bajo la presidencia de Hugo Chávez, quien destinó los ingresos de la producción petrolera del país, las reservas más grandes del mundo, para mejorar significativamente la vida de la mayoría pobre. Tras la muerte de Chávez y la elección de su sucesor, Nicolás Maduro, Estados Unidos intensificó sus intentos de “cambio de régimen” contra Venezuela, apoyando a una oposición que mediante la violencia quiso lograr lo que no pudo ganar en las urnas.

En 2014 los venezolanos sufrieron “guarimbas” que eran violentos bloqueos de caminos por parte de delincuentes, además de saqueos, provocando escasez e incluso muertes. A la vez, Estados Unidos empezó con la imposición de un bloqueo económico total; actualmente existen más de 920 medidas coercitivas unilaterales (sanciones) contra Venezuela por parte de Estados Unidos y otros países.

Una tarde hablamos con miembros de la Juventud del PSUV. Pusimos mucha atención a lo que nos decían, porque sabemos que el intento de cambio de régimen de Estados Unidos en Nicaragua fue copia de lo que se hizo en Venezuela. Los violentos tranques de carreteras que paralizaron a Nicaragua durante el intento de golpe de estado del 2018 liderado por Estados Unidos, fueron similares a las guarimbas en Venezuela. Como dijo un hombre que conocimos en la calle: "Estados Unidos les dio una dosis de la misma medicina que nos dieron aquí".

Actualmente existen sanciones estadounidenses contra Nicaragua, pero han sido menos draconianas que las sufridas por Venezuela en los últimos años.
“Ha sido un ataque brutal”, dice Daniel Rivas de PSUV Juventud. “Ha sido imposible importar medicamentos y mucha gente ha muerto como resultado directo de las sanciones. Durante la pandemia no se permitió comprar las vacunas. Estas sanciones son una violación masiva de los derechos humanos básicos”.

El refinamiento y venta de la rica producción de petróleo de Venezuela ha sido severamente limitado por las sanciones, asfixiando la economía. “Tenemos petróleo, pero no podemos exportarlo”, explica Daniel. "Es como si tuviera una gran tienda llena de ropa, pero no puedo vender nada porque estás bloqueando mi puerta".

El salario mínimo en Venezuela es bajo, pero los costos de los bienes son similares a los de Nicaragua. Para contrarrestar los efectos de la inflación, el gobierno ha inventado nuevas formas de ayudar a la gente:

• Los venezolanos reciben gasolina gratis o con descuento en los puestos de venta del gobierno.

• Las familias reciben una canasta básica de alimentos.

• El agua, la electricidad, la educación pública hasta el tercer grado y la atención de salud pública son gratuitas.

• El sistema Patria del gobierno acredita cupones o bonos que se pueden utilizar para realizar compras en una aplicación de teléfono. Los bonos se asignan en función de las necesidades de la familia (los niños, las personas con discapacidad y los adultos mayores reciben bonos) y por el trabajo voluntario realizado. Por ejemplo, a las enfermeras y médicos que atienden a nuestra delegación se les paga en bonos. La mayoría de los venezolanos reciben varios bonos al mes, algunos con un valor de hasta $45 dólares cada uno.

Gracias a estos programas, las familias venezolanas tienen cubiertas la mayoría de sus necesidades básicas. Pero como nos dijeron los venezolanos, siguen luchando. Como resultado, al igual que en Nicaragua, los venezolanos aceptan otros trabajos para llegar a fin de mes. "Todos hacemos lo que podemos", nos dice una maestra, "hacemos joyas, tortillas, revendemos ropa".

Competencia y Teleféricos

El día de nuestra competencia es difícil. Todos estamos nerviosos, incluyéndome a mí. Los equipos venezolanos están bien preparados y tienen la ventaja de jugar en casa. A Orla le va bien en su categoría, pero queda en tercer lugar. Su pelea es apretada, le dio buenos golpes y patadas sólidas a su oponente mucho mayor, pero pierde la pelea por tres puntos.

Al final de la competencia, no ganamos una medalla de oro, pero nuestros diez atletas reciben quince medallas: seis de plata y nueve de bronce, incluida Orla con dos medallas de bronce. Durante la entrega de premios, la ganadora de la medalla de oro en su categoría de combate conversa con Orla y se siguen en Instagram. Invita a Orla y al medallista de plata a subir con ella a la plataforma del primer lugar. Orla está encantada con este tratamiento y dice que recordará este gesto cuando ella gane una medalla de oro.

Cuando terminamos nuestra competencia, fuimos recompensados con una excursión en teleférico a la cima de la Montaña Warairarepano que se vislumbra imponente desde nuestro hotel. Construido en la década de 1950, el sistema de teleférico fue abandonado hasta que el gobierno de Chávez lo nacionalizó y lo reconstruyó en 2007 para beneficiar al público. Nuestro grupo se subió en los teleféricos con un grupo de estudiantes en un día gratis para la comunidad. Desde el teleférico se aprecia una vista increíble de la ciudad más densamente poblada de América Latina y en la parte superior hay una pista de hielo, el mejor chocolate caliente (básicamente pudín tibio) y algo que llaman cachapas.

El personal del hotel recomendó que probáramos cachapas, así que nos reunimos con entusiasmo alrededor del puesto. La dueña es una joven llamada Saileth, quien explica que las cachapas son tortillas hechas con maíz fresco y rellenas con queso campesino y chicharrón. Mientras esperamos nuestras deliciosas cachapas, conversamos con Saileth. Ella nos dice que habla cuatro idiomas y tiene doble ciudadanía española, pero después de un breve período como mesera en Perú, dice que no ve ningún beneficio en irse de Venezuela.

“Aquí tenemos oportunidades: ya tenemos moto, dentro de poco compraremos un coche y con lo que podamos ahorrar en dos años, podremos comprar un apartamento que será nuestro. En España ser dueño de una vivienda es un sueño imposible."

Lo que Llevamos con Nosotros

Después de nuestra competencia, una tarde fuimos al gimnasio cercano para entrenar con el Sensei local y sus alumnos. Nos puso a prueba en ejercicios de carrera, mostrándonos técnicas para esquivar a un oponente con guardia alta o que patea constantemente. Nuestro equipo está encantado; siempre es estimulante ver diferentes estilos de lucha.

El Sensei hace que todos se preparen para entrenar. Orla entrena durante más de una hora con jóvenes venezolanos, mientras los Sensei le muestran cómo superarlos usando sus largas piernas para alcanzar y patear. Al final de la capacitación, los niños se amontonan, intercambian números de teléfono con entusiasmo para comunicarse por WhatsApp.

Incluso con 15 medallas en el equipaje, lo más valioso que nos llevamos a casa son las amistades: la enfermera que me regaló un brazalete hecho por su hija; el representante de la juventud que me envía enlaces a videos de la Revolución Bolivariana y las conexiones que los chicos de nuestro equipo hacen en Venezuela. En sólo dos semanas, su mundo se ha expandido exponencialmente; sus vidas nunca volverán a ser las mismas.

Atesoraré la imagen de los dos Senseis, uno nicaragüense y otro venezolano, sentados uno al lado del otro en el tapete; sudorosos y emocionados por el entrenamiento, con destellos iguales en sus ojos mientras juntos entrenan a mi hija en combate. Para mí, estos dos guerreros, transmitiendo su experiencia de batalla a una nueva generación, ejemplifican los V Juegos del ALBA. A diez años de su muerte, estamos cumpliendo el sueño de Chávez de una América Latina Unida.

*(Becca Renk ha trabajado en desarrollo comunitario sostenible en Nicaragua desde 2001 y organiza viajes de estudio a Nicaragua a través de Casa Ben Linder en Managua. Si está interesado, contáctela en <[email protected]>. Vive con su familia en Ciudad Sandino.)

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VERSIÓN EN INGLÉS

Unity Through Sports: Nicaragua Participates in ALBA Games

For the past five years, I have told foreigners visiting Nicaragua: "Don't believe the news about our country, you can see with your own eyes that what they say isn't true." Now I am in Caracas as part of the 568-person delegation from Nicaragua to the 5th ALBA Games, and every Venezuelan I speak to over my two-week stay repeats those same words. Both countries have suffered from US-led propaganda and economic coercive measures, and both have resisted.

ALBA

ALBA, the Bolivarian Alliance for the Peoples of Our America, was initiated nearly 20 years ago by Venezuela and Cuba as an alternative to the so-called free trade proposal by the US [the Free Trade Area of the Americas (FTAA) which was ultimately unsuccessful]. Rather than seeking to benefit big business, ALBA trade is based on complementarity, solidarity, and cooperation. Members of ALBA currently have expanded to include Antigua and Barbuda, Bolivia, Dominica, Grenada, Nicaragua, Saint Kitts and Nevis, Saint Lucia, and Saint Vincent and the Grenadines.

The first ALBA Games were held in 2005 to unite the peoples of the region through friendship, cooperation, and fraternity among athletes. The Games were held with great success every two years through 2011. Since Hugo Chavez' death in 2013, the Games have been suspended due to increased unilateral coercive measures (sanctions) against Venezuela, Cuba and Nicaragua and the COVID-19 pandemic.

ALBA Games 2023 in Caracas

This year, the Games are being held again in Caracas with delegations from all ALBA countries and Russia participating in 33 sports disciplines. My family is here as part of the 14-member Kenpo Karate martial arts team - our daughter Orla to compete, my husband and I as technical support.

Our participation in the Games was far from guaranteed - Kenpo is not a well-known sport in Nicaragua - we only have one school at the free municipal gym in Ciudad Sandino, just north of Managua, and our competitive experience has largely been within our own school.

In contrast, Kenpo is a popular discipline in Venezuela, but to be included in the Games, the participation of at least two countries is required. So, with the support of the Nicaraguan Sports Institute (IND), the Nicaraguan Mixed Martial Arts Commission (CONAMMIP), and the municipality of Ciudad Sandino, our instructor or sensei, Pedro Sánchez, was given the opportunity to bring a team to Venezuela to represent Nicaragua and include Kenpo in the Games.

Kenpo

I was 38 years old the first time I stepped into a dojo. I was working with a group of at-risk teenage girls and brought them to the municipal gym in Ciudad Sandino to the Kenpo class to learn basics of self-defense. We weren't expecting the class to have 50 students, and I could see the girls shrink inside when they saw how full it was. They shook their heads and whispered, "No, Profe, I can't do this."

"Nonsense," I told them, "If I can do this, you can." With confidence I didn't feel, I lined up at the back of the class and the girls followed behind; I've been training ever since. I soon put my then 8- and 10-year-old daughters in the class, and we have now earned black belts.

At first, we trained barefoot on concrete tiles - running, kicking and falling on the hard floor - and competed bare-handed and without helmets. Thanks to investment in sports from the mayor's office, we now have safety equipment and practice on spongy tatami. We've seen how important the free classes are - many of our students get athletic scholarships to university and some of the best mixed martial arts (MMA) and kick-boxing fighters in the country come from our school. Now we have the opportunity to take ten of our best young athletes to Venezuela.

In Managua, all the sports teams are put on a direct flight to Caracas on Venezuelan state-owned airline CONVIASA. The plane is a sea of blue and white "Nicaragua" jackets, with everyone wearing our official uniforms and brand-new shoes. For most of our team, it is their first time on an airplane.
Upon arrival, we are greeted with traditional Afro-Caribbean drumming and taken to a five-star hotel - courtesy of the Venezuelan government - in the state of Miranda, a few blocks from the gym where we will compete. The hotel has 18 floors - four more than the tallest building in Nicaragua. Our team stands open-mouthed by the rooftop pool as brilliant blue and yellow parrots fly past at eye level.

"It's Been a Brutal Attack"

Venezuela flourished under the presidency of Hugo Chavez, who used profits from the country's oil production - the largest reserves in the world - to significantly improve the lives of the poor majority. Following Chavez's death and the election of his successor Nicolas Maduro, the U.S. ratcheted up its regime-change efforts against Venezuela, supporting an opposition who attempted to achieve by violence what they could not win at the ballot box.

In 2014 the Venezuelans suffered guarimbas which were violent roadblocks run by thugs, along with looting, scarcity, and even deaths. The U.S. also began moving toward a full economic blockade; there are currently more than 920 unilateral coercive measures (sanctions) against Venezuela by the U.S. and other countries.
One evening we talked to members of the PSUV Youth. We lean in with interest as they speak, because we know U.S. regime-change efforts in Nicaragua have been copied from what has been used in Venezuela. The violent roadblocks that paralyzed Nicaragua during the U.S.-led attempted coup in 2018 were like the guarimbas in Venezuela. As one man we met on the street said to us, "The U.S. gave you a dose of the same medicine they gave us here.”

While there are U.S. sanctions against Nicaragua currently, they have been less draconian than those that Venezuela has suffered in recent years.
"It's been a brutal attack," says Daniel Rivas of PSUV Youth. "It's been impossible to import medicines, people have died as a direct result of the sanctions. During the pandemic we weren't allowed to purchase the vaccines. These sanctions are a massive violation of basic human rights."

Refinement and sale of Venezuela's rich oil production has been severely limited by sanctions, strangling the economy. "We have oil, but we can't export it," explains Daniel. "It's like I've got a huge store full of clothing, but I can’t sell any of it because you’re blocking my doorway.”

The minimum wage in Venezuela is low, but costs of goods are similar to Nicaragua. To offset effects of inflation, the government has invented new ways to help its people:

• Venezuelans receive free or discounted gas at government outlets.

• Families receive a basic food basket.

• Water, electricity, public education through third level and public health care are all free.

• The government’s Patria system credits coupons or bonos which can be used to make purchases on a phone app. Bonos are assigned based on a family’s needs (children, people with disabilities and elderly receive bonos) and for volunteer work carried out. For example, the nurses and doctors caring for our delegation are paid in bonos. Most Venezuelans get several bonos per month, some worth up to $45 each.

Thanks to these programs, Venezuelan families have most of their basic needs met. But as Venezuelans told us, they continue to struggle. As a result, much like in Nicaragua, Venezuelans take on other jobs to make ends meet. "We all do whatever we can," one teacher tells us, "We make jewelry, tortillas, resell clothing."

Competition and Cable Cars

The day of our competition was tough. Everyone is nervous, including me. The Venezuelan teams are well prepared and have the home court advantage. Orla does well with her form in weapons but comes in third. Her fight is a close one, she lands good punches and solid kicks to her much older opponent, but she loses the fight by three points.

By the end of the competition, we hadn’t won a gold medal, but our ten athletes receive fifteen medals: six silver and nine bronze, including Orla with two bronze medals. During the awards ceremony, the gold medal winner in her combat category chats with Orla, and they follow each other on Instagram. She invites Orla and the silver medalist up onto the first-place platform with her. Orla is thrilled with this treatment and says she'll remember it for when she wins a gold medal.

Once we've competed, we're rewarded with an outing by cable car to the top of the Warairarepano Mountain that looms over our hotel. Built in the 1950s, the cable car system was abandoned until the Chavez government nationalized and rebuilt it to benefit the public in 2007. Our group rides the cable cars on a free day for the community, and there are groups of school children. There is an incredible view of Latin America's most densely populated city on the way up, and at the top there is an ice rink, the best hot chocolate (basically warm pudding) and something called cachapas.

The hotel staff have recommended cachapas to us, so we eagerly gather around the stand. The owner is a young woman named Saileth, who explains to us that cachapas are tortillas made with fresh corn and filled with farmers cheese and pork. While we wait for our delicious cachapas, we chat with Saileth. She tells us she speaks four languages and has dual Spanish citizenship, but after a brief stint waiting tables in Perú, she says she doesn't see any benefit to leaving Venezuela.
"Here we have opportunities: we already have a motorcycle, soon we'll buy a car, and with what we can save over two years, we can buy an apartment that will be ours. In Spain, owning a home is an impossible dream."

What We Take with Us

After our competition is over, one afternoon we go to the gym nearby to train with the local sensei and his students. He puts us through the paces running drills, showing us techniques to get past an opponent with a high guard or who constantly kicks. Our team is thrilled; it's always invigorating to see different fighting styles.

The sensei has everyone gear up to spar. Orla spars for more than an hour with Venezuelan youth while the senseis show her how to best them using her long legs to reach and land a kick. At the end of the training, the kids crowd around, excitedly exchanging phone numbers so they can WhatsApp each other.

Even with 15 medals weighing down our bags, the most valuable thing we take home with us is the friendships - the nurse who gave me a bracelet made by her daughter, the youth representative who sends me links to Bolivarian Revolution videos, and the connections that the kids on our team make in Venezuela. In just two weeks, their world has expanded exponentially; their lives will never be the same again.

I will treasure the image of the two senseis, one Nicaraguan and one Venezuelan, sitting side by side on the mat; sweating and exhilarated from training, with matching glints in their eyes as together they coach my daughter sparring. For me, these two warriors passing their battle experience on to a new generation exemplifies the 5th ALBA Games. Ten years after his death, we are fulfilling Chavez's dream of a Latin America united.

*(Becca Renk has worked in sustainable community development in Nicaragua since 2001 and organizes study trips to Nicaragua through the Casa Ben Linder in Managua. If you are interested, contact her at <[email protected]>. She lives with her family in Ciudad Sandino.)

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