Está el mundo estremecido y atribulado por la inaudita y nunca vivida lluvia de fuego de miles de misiles de diferentes calibres y de drones que cambiaron el concepto de la guerra y que en diferentes partes del planeta están dejando la huella de la muerte de una manera nunca antes sospechada, nunca vista y francamente eso da miedo.
Es tal la lluvia misilera que en este 2025 nos ha caído que en cualquier parte donde vaya o esté, o vea y lea en las plataformas cibernéticas, de lo que con más acento se habla es que viene el fin del mundo, que lo anunciado por la biblia ya se está cumpliendo, en fin, que estamos en los últimos días y que mejor nos encomendemos a Dios y que a estas alturas de la vida planetaria es triste cómo a nombre de tan lindos conceptos como la libertad, la democracia, la paz se hagan cosas tan abominables que ya no son ni siquiera para esclavizarnos, sino exterminarnos.
Creo indudablemente que le dimos mucho sedal a la mentira, a la indolencia, al yoquepierdismo y lo que terminamos pescando, por no poner las cosas en su lugar, de la forma correcta que debió ser, fue una gran tragedia. Hoy ante tal situación está planteado que el mundo demanda otras reglas porque el derecho internacional es actualmente una quimera mitológica monstruosamente imaginaria que vomitaba llamas de odio, desde tribunas hipócritas que maldicen la paz, desde cabezas tenebrosas que paren únicamente perversidades, desde vientre donde tienen por fetos maldades engendradas y con sus colas de dragón sacudes y golpean todo lo que represente vida.
El mundo tal como lo hemos conocido ha sido un terreno más fecundo para la guerra que para la paz y los que los han llevado a ese macabro estatus son locos de poder, dictadores y mitómanos qué hacen lo que hacen para figurar, para marcarse en la historia como los inolvidables y sin duda alguna lo logran porque resultaron más que nefastos como genocidas de la humanidad.
De la angustia que nos aflige por cualquier modalidad de guerra que surge está presente la mano asesina de quien dice dirigir la Casa Blanca y detrás de él los cuellos flácidos que todo el tiempo se la pasan asintiendo con la cabeza cualquier cosa que diga al emperador, que ahora en calidad de convicto y criminal, como es Donald Trump de quien podemos sospechar es la bestia, el anticristo que tiene marcado en la frente el 666 y lo que bien podría explicar porque se complació cuando lo vistieron de Sumo Pontífice y quien llegó a decir que sería el mejor Papa de todos los que ha tenido el Vaticano.
Lo anterior los dejo como introito para plantear que el mundo está como está porque la “diplomacia” fue asesinada por el estado fallido de los organismos internacionales que no sirven para nada y aquí en Nicaragua estamos tan claro de ello que ha varios les dimos matarile porque son agencias o satélites al servicio descarado del pretendido dómino del mundo, el imperio norteamericano, que donde hay desasosiego, golpes de estado dirigidos contra quienes considera sus enemigos o guerras, ahí está presente.
Los organismos internacionales están fallidos porque perdieron la capacidad de gobernarse eficazmente por la letra fundacional que los creó y hoy colapsaron moralmente para pretenderse como autoridad; perdieron la capacidad de influencia para determinar el rigor del derecho de unos y otros desde el prisma del sentido común.
Estos organismos internacionales no pueden ocultar la clave de sus fracasos, ellos perdieron el control sobre sus componente; ya influencian a los países que aun los integran, por el contrario actúan en beneficio de los dictados imperiales y sus satélites y de ahí que hoy estén faltos de legitimidad, de confianza porque desde las Naciones Unidas para abajo hay una corrupción política, moral, social y económica aberrante que transgrede los derechos humanos de pueblos que como el nuestro se pregunta y qué hacemos nosotros ahí porque francamente no encajamos en una mampara dónde la paz del mundo es solo un eslogan de propaganda y lo expreso porque el discurso de la llamada diplomacia está plagado de altos niveles de violencia, delincuencia, inestabilidad e inseguridad.
La gobernanza y la legitimidad son componentes cruciales de la estabilidad del Estado. Un gobierno percibido como legítimo por sus ciudadanos tiene más probabilidades de mantener el orden y la estabilidad, ya que los ciudadanos tienden a acatar su autoridad. Por el contrario, un gobierno percibido como ilegítimo o corrupto tiene más probabilidades de enfrentarse a oposición e inestabilidad.
Los terráqueos somos granos de arena cayendo dentro de un reloj y en cada micro segundo en cualquier parte del mundo surge un ser humano que pierde la fe en lo que puede hacer Naciones Unidas y todo lo que de ella derive como techo de lo que está bajo su esfera de control y hay que decirlo claramente no hay vía de retorno de esa desconfianza y por eso mismo el canciller de la paz, Miguel D´Escoto Brokmann, desde la presidencia de ese agónico organismo hablaba de la urgente necesidad de refundarlo, de hacer un rediseño profundo del enfoque de sus políticas para que no se hundiera en la miasma que ahoga a esa ONU que es la Shakira que no ve, no oye, no siente.
No nos podemos culpar los que tenemos sentido común y además lo decimos a los cuatro vientos de tanta suspicacia y rechazo hacia una entidad atrapada por la burocracia, bruta ante los retos que imponen los tiempos que vivimos y perforada por autoritarismos y alianzas centradas, más en el enfrentamiento político ideológico entre bloques políticos, que en la búsqueda de la paz del mundo.
Recién salimos, ojalá no tenga retorno, de una guerra relampagueante donde el Rottweiler de Israel obedeciendo a su amo el criminal y convicto de Donald Trump, se fue encima de Irán y el tiro le salió mal porque la Persia histórica, templada en la batalla, puso en su lugar al sionismo y está en curso aún el conflicto Ruso-Ucranio, igualmente estimulado por el imperio que en su rusofobia utilizó a sus perros de pelea en la OTAN para lanzarse absurdamente con quien es vencedor de las locuras napoleónicas y de la segunda guerra mundial y para no ir más atrás ante estos dos conflictos bélicos la ONU ni siquiera ha cumplió con el sueño de sus fundadores de prevenir estas guerras, por el contrario su silencio dijo y sigue diciendo mucho.
Ese fracaso tan recurrente debería significar que es hora de crear un nuevo organismo dado que las opiniones para acabar con Naciones Unidas se han multiplicado en los últimos años, aunque también están aquellos piensan que un escenario internacional sin la ONU beneficiaría aún más al imperio y a los enfrentamientos armados que promueve y patrocina.
¿Qué hacer entonces? ¿Se puede ampliar la labor del organismo en misiones de paz efectivas, neutrales y objetivas acompañadas de labores humanitarias para frenar el avance en su interior de dictaduras y nepotismos que responden a los presupuestos que despilfarran desde la burocracia o hacemos efectivo el mundo multipolar que comenzó a andar?
Tenemos esas dos vías, pero lo que no tenemos es tiempo y hay que tomar decisiones que nos conduzcan a la vida, rompiendo con las evidencias fallidas de ese supuesto organismo rector que como Naciones Unidas es proclive a toda condición que ambiente la muerte que es buena cuando la encuentra aquel que quiere la paz.
Vean ustedes que triste deducir que el exterminio israelí sobre Gaza y su apatito voraz por tragarse a Palestina no se detiene. Ahí en la santificada tierra donde nació El Hijo de Dios solo hay piedras donde quedan sepultados cualquier cantidad de cadáveres que son parte de los más de 60 mil que fueron asesinados descarada y cobardemente por el sionista Benjamín Netanyahu y mientras esto pasa la “civilización democrática” del primer mundo calla y la “democracia occidental” enmudece y la UNO simplemente ante esta barbarie no dice esta boca es mía.
El estado fallido de naciones unidas, ahora más desunida que nunca porque en ella están presentes también países que ven el mapamundi desde otra perspectiva, la de la paz, el desarrollo, la colaboración mutua en condiciones de igualdad y respeto, plantea desafíos significativos a la comunidad internacional que deben ser observados en sustitución del aplauso a la carrera armamentista que es la causa del mal causado sobre temas como la crisis humanitarias, inestabilidad económica e implicaciones para la seguridad global.
Sobre este tema Nicaragua, a través de sus máximas autoridades e instituciones a dado pasos al frente para enfrentar al imperio como titiritero y exponerlo como el mentiroso que es al agredirnos permanentemente o usarnos como globos, como esos que se lanzan al aire para distraer de la atención de los estadounidenses la debacle que vive un imperio que cae a despedazado y en picada junto a ese mal llamado organismo de “Naciones Unidas” cuyo principal problema es tener su sede en territorio imperial.
Hay lomos que se sienten choyados por la actitud digna asumida por el gobierno de Nicaragua contra la diplomacia hipócrita de países como Italia, España, Francia, Colombia, Costa Rica, Chile y otros que son fieles a quien les dice ¡UCHO, UCHO! Contra este o contra aquel pues solo responden como perros rabiosos y lo han hecho desde la ONU, la OEA, la UNICEF, la OIT, la CRUZ ROJA y otras siglas que desde nuestro poder soberano hemos abandonado porque descaradamente han llegado a convertirse en cabezas de playa del interés intervencionista e invasivo del imperio.
Abandonamos y nos fuimos de esos organismos de la mampara imperial porque a estos se les ocurrió que son ellos quienes gobiernan en Nicaragua, que pueden decirnos qué debemos hacer o qué no debemos hacer y entonces cuando se les ubica y se les dice que aquí decidimos los nicaragüenses, responden comprando a la escoria que ya conocemos, que a cambio de los dólares que se infiltraban a través de las famosas “valijas diplomáticas”, fueron capaces de vender a sus madres, tal es la inmoralidad que distingue a los mercenarios que consumaron su más alto delito cuando traicionaron a la patria con la complicidad de algunos embajadores a los que públicamente se les puso en su lugar recordándoles que afuera pueden decir todo lo miércoles que quieran, pero que adentro nuestra patria y bandera se respeta y esto no es cuento y lo expreso así porque en el contexto del antes, durante y después del fallido golpe de estado de 2018 conocimos de absurdos que en la acción contraria de lo que debe ser y representar un enviado de otro gobierno que se acredita ante el nuestro, se paseaba, comía y se reunía con terroristas para destruir nuestro país.
Pregunto: ¿Qué clase de diplomático puede ser aquel que desayuna, almuerza y cena con terroristas que disfrazados de opositores pretendían derrocar, ante la incapacidad política que les distingue, al gobierno ante quien presentaron en su momento cartas credenciales para fortalecer relaciones entre países no para fomentar la sedición?
¿Qué clase de diplomático es aquel que protege y sale en defensa del delincuente que se lanza mercenariamente contra un pueblo empobrecido precisamente por quienes desde la colonia o del neo colonialismo nos han querido negar el derecho a vivir con la dignidad de quienes nos soñamos grandes?
Yo apoyo la claridad con la que el gobierno de la república ha respondido a todos esas estupideces anacrónicas, injerencistas, interventoras y hasta invasionistas que haciendo el papelón de ofendidos llegaron a llamar a sus embajadores, en su momento, a consultas por situaciones que ellos provocaron y que generaron y de las que después se convencieron estaban equivocadas porque los mandaron de vuelta a reacreditarse.
Qué maravilla la de esos “diplomáticos”; querían exigirnos en pequeño lo que la ONU quiere hacer en enorme grado de sometimiento a los países que la integran e insisten en eso porque pretende sumergirnos en el inframundo de su propia podredumbre y seremos únicamente buenos para esa “diplomacia” solo en la medida que aceptemos que se metan a nuestra casa, que abusen de nuestra mujeres, que comamos de las sobras que decidan darnos y si se nos quedan con el hogar pues a la calle y entonces a callar porque solo así podremos estar a la altura de sus falsas democracias, las mismas que le han arrebatado a nuestros pueblos la paz y la vida.
Como popularmente diría un personaje de nuestro extenso refranero: “Que valor el de Peyeyeque”.
QUE DIOS BENDIGA A NICARAGUA.