Este 19 de julio pasado, la conmemoración y celebración de lo que para Nicaragua representó este día, en aquel 1979, 46 años atrás, fue en realidad el corolario, la cresta de la ola, sobre la que el sandinismo se alzó para gritar a todo pulmón ¡VIVA LA REVOLUCIÓN!

Este 46 aniversario del 19 de julio ha sido intenso no me refiero solo al maravilloso escenario que sentó a miles de nicaragüenses sandinistas asumiendo un compromiso con su futuro desde el presente sino que en realidad fue una expresión repetida en todas las cabeceras departamentales del país, en sus municipios y comarcas: Entonces ¡NO JODAN! los que venga ahora a repetir cuentos Panchomadrilezcos de que este 19 fue menos que el anterior, porque se estrellan contra la verdad de la Nicaragua que tenemos aquí, los que somos auténticamente nicaragüenses y que nada tiene que ver con la que pintan los mercenarios mediáticos y los vividores politiqueros, que desnacionalizados por traicionar al país fueron deportados a su verdadera patria, esa amenaza para la humanidad, Estados Unidos o a cualquiera de sus satélites.

Es cierto que los que tenemos razones de celebrar el 46 aniversario de la Revolución Popular Sandinista, podamos estar muy entusiasmados por tener patria a través de este proceso histórico y por eso las pichurrias supongan que estamos cargados de euforia por el momento y la coyuntura del ambiente rojo y negro que se respira, pero ¡NO JODAN!, si eso pensaran, perdidos como siempre en el vacío craneal que les caracteriza, estarían obviando, que este último acto no es más que una simbología presencial de cienes de miles de almas abrazando la paz -obsérvese el escenario-, pero más allá de la fecha, diciéndole al mundo que aquí, simplemente, siempre será 19 de julio.

Celebramos el 19 de julio conmemorando desde sentimientos encontrados la materialización de la revolución porque la hicieron posibles héroes, mártires, que sí consumaron hasta su verdadera expresión eso de llegar hasta las últimas consecuencias y ¡NO JODAN! esos payasos que repitiendo lo mismo pretendieron asaltar el poder, con la bendición imperial, para robarnos la dignidad y por supuesto la vida.

Celebramos el 19 de julio honrando a los compañeros de lucha, a los camaradas que nos hicieron parte de ella, pero también haciendo de la fecha una fiesta nacional, que, trascendiendo más allá de nuestras fronteras, representa una victoria colosal, ejemplar y emulativa sobre la maldad más perversa y cobarde y ¡NO JODAN! esos apátridas que relinchan como bestias cimarronas cuando les tocan el trapo ese de las barras y las estrellas, porque una actitud tan asquerosa como esa nos confiere profundizar el respeto por nuestra nacionalidad, la que tiene un origen fecundo de resistencia contra el agresor y contra los traidores que como prostitutos siempre serán capaces de vender hasta sus propias madres con tal de lucirse como los sirvientes del imperio.       
                
En cada cuadra, barrio, comarca, municipio o cabecera departamental el 19 de julio, es el 19 de julio y previamente se comienza a andar hacia la fecha con una gran cantidad de actividades que de menos a más van calentando el ambiente involucrando, incluyendo y trayendo como tema central la transformación y la evolución, que,  es parte de la conquista efectiva de la paz y ¡NO JODAN! aquellos que dándoselas de valientitos hablan miércoles desde afuera planteando la guerra, porque esa guerra, los que la conocemos, somos los que estamos aquí y por conocerla no la queremos, no la deseamos, aunque sí vamos a estar dispuestos siempre a defender la paz, así como lo hicimos en el 2018 y vencimos y esto es algo que cada mercenario mediático o politiquero debe tener claro, pero muy claro.

Cada 19 de julio, particularmente después del 2018 que vencimos al terrorismo para recuperar la paz, siempre el mensaje es seguir luchando por ella y para hacerlo no asesinamos, no destruimos, no trancamos al país, no nos cargamos de dólares como buenos mercenarios para convertirnos en sicarios, no torturamos, no nos dejamos bendecir por algún sotanudo para matar a alguien, no trancamos al país, no mentimos como sí hizo esa ratería que se nos pintó de “salvadora” solo para destruir en tres meses la Nicaragua en paz que gozábamos, ¡NO JODAN!, qué cínicos que son porque lo siguen creyendo, pero no importa que continúen en la misma porque los seguiremos percibiendo como perros rabiosos ladrándole a los cuernos de la luna.

Este 19 de julio fue para el cucarachero que indigentemente contamina las calles de Miami, de España, Chile, Costa Rica, o cualquier espacio que sea colonia del imperio una patada directa al hígado y por eso venden absurdamente que el nacionalismo y el sandinismo están reducidos mientras ellos, los voceros del fascismo somocista, están más fuertes y más chingones; ¡NO JODAN!, como dice la canción, ¿que no lo ven? aquí la revolución es una madre de dignidad que pare sandinistas por millones, que estamos en todas partes, nos movemos por todas partes, no dormimos, estamos activos, somos vigilantes de cada logro alcanzado, somos y representamos el éxito de una voluntad política que liberó, que está arrancando desde sus raíces el mal de los males causados y para esa fetidez que con aliento de víbora nos descalifica respondemos haciendo no ofreciendo, construyendo no prometiendo y por supuesto sembrando en cada nicaragüense que ame y abrace su nacionalidad el orgullo de ser patriota, leal y sincero y eso es lo que arde al traidor porque no les cuaja la malignidad de vernos vencidos ante sus cosméticas bravuconadas.

Rebobinamos 46 años atrás las explosiones emocionales del 19 de julio de 1979 para recordar a una Nicaragua espartana que, con la honda de David, contra todo cálculo y pronóstico, desde una desigualdad solo superada por el espíritu de libertad de su pueblo, venció y expulsó al último marine del enemigo de la humanidad en tierra firme de Sandino; ¡NO JODAN! quienes pretenden no darse cuenta de eso, la soberbia no se los permite, pero es comprensible porque todo lo que hicieron y siguen haciendo esos bichos rastreros del imperio contra nuestro país y que les sigue representando derrota tras derrota, es porque no tienen ni la menor idea de lo que es nuestra historia, piensan que aquí hay sandinismo solo por la revolución de 1979 y por acémilas no se dan cuenta que esta Nicaragua que tenemos ahora se comenzó a construir desde Diriangén, desde Nicarao, que la lucha por la independencia y soberanía que ahora tenemos ya sobre pasó el medio milenio de resistencia contra la colonia que pretendió esclavizarnos y desde entonces venimos escribiendo con sangre lo que hoy somos, un pueblo admirado, que únicamente se arrodilla ante Dios y no ante hombres que de Santos no tienen ni el apellido.

Esta es una revolución sandinista, este es un proceso que no tiene contra marcha porque su esencia es la razón mística y religiosa de su filosofía porque desde ella hay una voluntad de ofrecer la vida por los demás y eso es una virtud profundamente cristiana porque es la elevación más alta del amor y fíjense que es también un enorme contrasentido para aquellos que desde su abismal y oscura ignorancia creen que revolución es sinónimo de comunismo; ¡NO JODAN! esos ignorantes si el más grande revolucionario que la humanidad nos refiere es Jesús de Nazaret que vino para predicar la igualdad, la justicia, el amor, la paz para todos desde una prédica y vida consagrada totalmente a la humildad y es por lo que precisamente murieron más de 50 mil compatriotas que fueron hasta la última consecuencia por vernos libres, libres así como somos, así como estamos, con esta nuestra democracia que perfeccionamos todos los días, dignificando a cada hombre y mujer de este país que por siglos se mantuvo invisibilizado no solo para reclamar sus derechos, sino para incluirse como obrero y campesino en la construcción y toma de decisiones de esta patria desde la cual es verdaderamente presidente.

Desde que hay 19 de julio los nicaragüenses decidimos. Tenemos a un presidente que se desprendió de la banda que le colocaron el 10 de enero de 2007 y la puso en manos de quienes hoy hacemos la nación, somos la nación y nos enorgullecemos de la nación que nos da, pero a la que también entregamos con amor el compromiso franco de amarla y respetarla; ¡NO JODAN! los que se perturban por eso porque la jauría de perros rabiosos que se molestan porque no reaccionamos de la forma que ellos quieren, es la evidencia de que los hemos vencido, que los derrotamos, que los aplastamos con la verdad y la razón, que nunca más volverán a repetir el baño de sangre que provocaron y que nunca más volverán a robar el erario público porque ya no tienen la nacionalidad que les permita ocupar posiciones que una vez tuvieron para no hacer nada  y que solo usaron para que la sociedad rosada y sangre azul de sus tiempos, los viera como presidentes, como ministros, alcaldes o concejales que al final eran cargos de argolla que alguna vez ostentaron para caminar con ínfulas de poder, pero nunca para transformar, para crear y hacer de los sueños y las ilusiones castillos de verdad.

¡NO JODAN! entonces aquellos que creen que cuando decimos que aquí hay un partido único es por excluir a otros que formalmente son pero no existen, sino que en la práctica, aunque el FSLN se ofende con que lo vean como partido al final lo es por efecto de un condicionamiento legal, pero de todas formas es único, irrepetible, místico y poderoso por la historia que lo forjó, por la leyenda que sigue cultivando, por la característica de su militancia, por su esquema político-militar, que no tiene nada que ver con ningún espíritu bélico, sino más bien con una voluntad estratégica de visión social que hizo de la disciplina, el trabajo de hormiga y la perseverancia la principal arma para vencer desde un concepto de guerra a la pobreza.

¡NO JODAN! los que celebran cada sanción que sus amos nos imponen; ¡NO JODAN! esos brutos que no entienden que una sanción en el pecho de un sandinista, venga de donde venga, es una medalla y que hay miles esperando por la que nos corresponde. ¡NO JODAN! esos que creen en los cantos de sirena o en los perros rabiosos que hacen retumbar sus ladridos contra nuestra dignidad porque no nos arrodillamos ante sus caprichos. ¡NO JODAN! los que han hecho de la mentira y la politiquería su actual modo de vida creyendo que eso les durará toda la vida, porque aquí lo único que es para siempre, porque no tiene vuelta atrás es esta revolución que llegó para quedarse y seguir conduciendo y haciendo de nuestra patria, todos los días, la mejor nación a lo largo de nuestra historia, así que ¡SE JODIERON!

QUE DIOS BENDIGA A NICARAGUA. 

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