Estamos en situación de emergencia climática global. Hemos sobrepasado ya el límite de 1.5 grados centígrados de calentamiento. Los fenómenos climáticos extremos, incluyendo olas de calor inusitadas, tormentas especialmente destructivas, inundaciones mortales y sequías sin precedentes, se llevan cada vez más vidas y hogares. Es urgente acelerar nuestra acción en favor del medioambiente y contra el cambio climático.
2025 es un año clave para conseguir detener esta tendencia nefasta y comenzar a revertirla. La Conferencia de Naciones Unidas sobre los Océanos tuvo lugar en Junio en la ciudad de Niza y consiguió importantes resultados, avanzando hacia la ratificación del Tratado de Alta Mar, la protección del 30% de los océanos para 2030, con más de 800 compromisos adoptados. Sin embargo también hubo contratiempos. Por ejemplo, el Comité Negociador Intergubernamental sobre la polución de plásticos no logró llegar a un acuerdo en su reunión de Agosto y las negociaciones deberán continuar. Todo ello hace todavía más urgente que la próxima Conferencia de las Partes (COP) de la Convención sobre el Cambio Climático sea un éxito y produzca resultados concretos, serios y vinculantes, que necesitamos con la máxima urgencia.
ACCIÓN CONCRETA POR EL MEDIO AMBIENTE Y CONTRA EL CAMBIO CLIMÁTICO
Hemos alcanzado este año el décimo aniversario del Acuerdo de Paris, del que casi todos los países del Mundo incluyendo los de la Unión Europea y Nicaragua y el resto de la región son partes. Los logros han sido numerosos, incluyendo avances en financiación a los países en desarrollo, mecanismos de conducta, transparencia y seguimiento de los compromisos, actualizaciones de las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC); apertura a actores no estatales y locales, y otros compromisos muy importantes.
Pero no podemos caer en la autocomplacencia; queda mucho por hacer. La emergencia climática es un desafío no solo enorme sino urgente, y cualquier retraso complica aún más la tarea. Lamentablemente, algunos países han retrocedido en sus compromisos y sigue habiendo personas, e incluso algunos líderes, que niegan la evidencia del calentamiento global, a pesar de las pruebas científicas y de los desastres meteorológicos cada vez más frecuentes. Tenemos que reconocer que la lucha contra el calentamiento global sigue presentando altibajos.
Sin embargo, la Unión Europea mantiene plenamente su compromiso y su acción concreta en este contexto, incluyendo el objetivo de reducción del 55% para 2030, que estamos cerca de conseguir, así como el objetivo fundamental de lograr la neutralidad climática en 2050. La Comisión lanzó este año una nueva y ambiciosa propuesta para reducir para 2040 las emisiones netas de carbono y otros gases en un 90% respecto al nivel de 1990, que esperamos reuna pronto la mayoría necesaria, dada la urgencia del problema. A todo ello se añaden las acciones en otros ámbitos; ejemplos señalados son nuestras acciones para asegurar globalmente la seguridad de suministro de agua, en coherencia con la Estrategia de la UE para la resiliencia del agua, o nuestro trabajo para mejorar la gobernanza de los Océanos y hacerla más sostenible, en línea con el Pacto Europeo sobre los Océanos. La neutralidad climática para 2050 sigue siendo nuestro objetivo, y a ello dedicamos nuestros esfuerzos.
AMERICA LATINA Y EUROPA, SOCIOS NATURALES
La Unión Europea (UE) y Latino América y el Caribe comparten, entre otras muchas cosas, un compromiso común de avanzar en la lucha contra el cambio climático, que a menudo golpea nuestras regiones con especial saña. La citada Conferencia de las Partes, la COP30, tendrá lugar precisamente en America Latina, en Belém (Brasil). Será por lo tanto no solamente una oportunidad única para avanzar en la defensa del medioambiente, sino también para poner en valor nuestro compromiso compartido y nuestro trabajo conjunto.
Y tendremos una importante oportunidad adicional, porque este año se celebra también la Cumbre bi-anual entre la UE y la Comunidad Económica de Latino América y el Caribe (CELAC). Esta importante cita tendrá lugar justo antes de la COP y se realizará en Colombia. Esta cita de máximo nivel supondrá la segunda gran reunión birregional desde que se reanudó el proceso de Cumbres UE-CELAC en 2023. Es una gran oportunidad, y muy a tiempo, para reforzar nuestra cooperación, en beneficio de todos y por supuesto del desafío fundamental de la defensa del medio ambiente y la lucha contra el cambio climático.
TRABAJANDO POR EL MEDIOAMBIENTE EN NICARAGUA
Todo esto no son solo declaraciones o documentos; la UE actúa de forma concreta y decidida para implementar acciones en todos estos campos en cooperación con todos sus socios. En Nicaragua, por ejemplo, hemos realizado importantes proyectos para asegurar el acceso al agua de las poblaciones que viven en el Corredor Seco, en particular de los más vulnerables incluyendo en particular a mujeres y niños. La Delegación de la UE trabaja en este momento para dar seguimiento a un nuevo proyecto en este campo, siempre velando porque los beneficios alcancen directamente a los ciudadanos necesitados. Otros proyectos se han concentrado en las comunidades costeras que viven del fruto de su trabajo en los Mares y Océanos que rodean este país. Trabajamos también en proyectos de mitigación y adaptación climática, crecimiento verde y seguridad climática y ambiental. Y por supuesto, acciones similares se realizan a lo largo y ancho de toda América Latina y del Caribe.
Las acciones más modestas e incluso individuales también cuentan; todos tenemos una obligación de intentar mejorar la sostenibilidad de nuestras acciones, incluyendo en nuestros centros de trabajo. Dando prueba de este compromiso, este año instalamos paneles solares tanto en la Delegación como en la Residencia de la UE. Gracias a este esfuerzo, nuestro consumo de electricidad es ahora más sostenible, con un 40% por ciento de energía autoproducida y limpia. Redujimos también el impacto ambiental de nuestro trabajo eliminando en lo posible la utilización de papel, reciclando y racionalizando acciones y desplazamientos. Organizamos, junto con los Estados Miembros de la Unión Europea, exitosas entregas y plantaciones de árboles en diversas actividades.
LA TRANSICIÓN VERDE, POSIBLE Y NECESARIA
Estamos haciendo mucho, trabajando por supuesto con nuestros socios y amigos en todas partes, incluyendo en Nicaragua. Pero debemos hacer más. La Transición Verde que defiende la Unión Europea no es un lujo ni una moda: es una necesidad absoluta, si queremos parar la peligrosísima deriva de calentamiento global y destrucción del medio ambiente. Esa Transición consiste, en esencia, en adaptar nuestras actividades, nuestras economías y estructuras productivas, y nuestros estilos de vida, para asegurar que respetan el medioambiente, contribuyen a la lucha contra el cambio climático, y se desarrollan de forma sostenible, inclusiva y racional.
Solamente así podremos asegurar que nosotros mismos, y aún más importante, las generaciones futuras, pueden vivir dignamente y disfrutar de las maravillas que la naturaleza pone a nuestra disposición. Porque la Tierra no es nuestra propiedad: la tomamos prestada a nuestros hijos e hijas. Es urgente, necesario y un deber de todos, aumentar nuestro compromiso y nuestro trabajo para defender el medioambiente y luchar con más efectividad contra el cambio climático. Nuestro futuro común está en juego.
Fernando Ponz Cantó
Embajador de la Unión Europea en Nicaragua













