Su Eminencia Reverendísima el Cardenal Miguel Obando y Bravo, Prócer de la Reconciliación y la Paz de Nicaragua, no murió, trascendió a otro Plano de Vida. Su contribución al Diálogo, la Vida y la Unidad de las Familias nicaragüenses és invaluable y constituye un Legado y un Camino que debemos seguir recorriendo.