Leer y oír a Facundo Cabral, -que infortunio el contexto en el que se nos fue-, siempre nos resultará una cita con la sabiduría. En el habita la voz, la comunicación del mensaje, la armonía de sus dedos sobre las cuerdas y una mordacidad exquisita e incomparable y uno de los temas icónicos de este poeta de la música es el que tiene que ver con los pendejos, , , ¿se acuerdan? Se los recuerdo con algún añadido de mi parte a la originalidad.
El hombre por más valiente que sea tiene miedo a una sola cosa: a los pendejos. (Es horrible que a uno lo comparen con uno de esos).
- Ni por temprano que te levantes donde vayas, ya está lleno de pendejos. (Son esos que abundan no por su número, sino por sus estupideces).
- Y son peligrosos por que al ser mayoría eligen hasta el presidente. (Eligieron a Biden, a Trump, a Macron a Milei en Argentina).
Los hay de toda categoría:
- El pendejo informático que es un pendejo computado. (Es el que ladra desde esos canales de YouTube lanzando bascosidades contra todo y son felices porque tienen seguidores, pero sin comprender que los ven porque hay quienes quieren saber hasta dónde son capaces de llegar con sus imbecilidades).
- El pendejo burócrata que es oficialmente pendejo. (Esos son los autonombrados “líderes” que creen que a los pueblos se les convence desde la comodidad de una lujosa oficina).
- El pendejo optimista que piensa que no es pendejo. (Esos son aquellos que con solo verles la trompa de guabina les es imposible esconder su pendejera).
- El pendejo pesimista que cree que él es el único pendejo. (En Nicaragua sabemos que hay algunos de esos que hablan miércoles desde afuera, matándose entre ellos, lamentándose de ninguno sirva porque al final en su cierto pesimismo concluyen con veracidad que todos son pendejos).
- El pendejo esférico que es pendejo por todos lados. (Los ves de frente, por atrás, de lado, de arriba hacia abajo y no hay forma, son bestias que no comprenden que entre más ladran más se hunden).
- El pendejo fosforescente que hasta por la noche se ve que por allá viene un pendejo. (Esos son totalmente refractarios. Pueden estar en la cucarachera de Miami, en España como súbditos, en Costa Rica ya hablando rarillo o en cualquier parte, pero brillan siempre como super pendejos).
- El pendejo de referencia...donde está Silvio Baez.- allá junto al pendejo de chaqueta gris. (Y el pendejo de chaqueta gris es un desnacionalizado, un terrorista, un traidor, un agente extranjero deportado).
- El pendejo consciente que sabe que es pendejo. (Esos son todos los brutos que por centavos de dólar los lanzaron como perros a una aventura estúpida en la que consumaron crímenes de lesa humanidad y ahora, después de perderlo todo, después de haber sido condenados por criminales, dicen que pendejo fui, en qué me metí, para qué me metí a eso si lo tenía todo y solo sarna me faltaba).
- El pendejo de sangre azul que es hijo y nieto de pendejos. (Esos son los pendejos históricos, los pendejos ortodoxos que dicen soy Chamorro, a lo mejor de chingaste, pero como soy Chamorro, solo por eso debo ser presidente, aunque haya tenido siete de sus parientes en el poder que lo único que se les reconoce es que se la pasaron airándose con el apellido pero sin nada, más que ser pendejos no solo ante los nicaragüenses que los conocemos, sino hasta para sus verdaderos progenitores, los yanquis que a conveniencia decían de los conservadores o del somocismo que a estos había que defenderlos porque eran sus hijos de puta).
- El pendejo más peligroso, el pendejo demagogo que cree que el pueblo es pendejo. (A este la salió el tiro por la culata entusiasmado desde el traje de mercenario apareció aquí un día, después de haber pasado un buen tiempo entrenándose como terrorista, diciendo que nos iba a liberar, que nos harían libre, que se sacrificarían tomando el poder después de un oceánico derramamiento de sangre en el que no importaba si morían tres millones y medio de nicaragüenses, pero que seríamos libres y entonces el pueblo reaccionó y el pueblo se liberó de tranques, de destrucción, de torturas, de saqueos, de odios y por eso el pueblo está aquí y los pendejos están allá).
Esto es parte de lo que Facundo Cabral nos refiere en esa monumental dedicatoria a los pendejos, pendejos que creen que con las descalificaciones, ofensas, insultos, amenazas y deseos de muerte que todos los días nos confieren, a los que somos visiblemente públicos, nos están venciendo, nos están achumicando porque no contestamos a cada una de esas sus incalificables bajezas.
Quiero decir a los pendejos que refiere Facundo Cabral que los que estamos del lado de la mejor historia de Nicaragua no tenemos tiempo para estar respondiendo al odio. Aquí trabajamos, no estamos de vagos, aquí hacemos cosas monumentales todos los días, no proponemos destruir.
Los pendejos jochan y jochan de cualquier forma y si los ignoras entonces se meten con tu esposa, con los hijos o con lo que sentimentalmente te puedan afectar porque su fin es que reacciones, que los hagas grandes respondiéndoles y entonces nos desviemos del sueño nicaragüense que estamos viviendo pretendiendo ellos que por pendejos descendamos a la pesadilla americana que ellos sufren dónde están y son tan, pero tan brutos que la ceguera que padecen no les hace ver que hay aquí suficiente materia intelectual para destrozarlos con la riqueza que una sola palabra los puede describir y fotografiar porque no son otra cosa más que ÑAÑA.
Un día de la semana pasada, una pichurria amargada y además masoquista, de esas que con mucha atención siguen nuestro programa, escribía, en medio de recurrentes horrores ortográficos, que lo pintan como un super equino, que este servidor ya aburría diciendo lo mismo todos los días en defensa de Daniel Ortega, de Rosario Murillo, del Frente Sandinista, de la revolución y que ahora era más rojo y negro que el mismo General de Hombres Libres.
A esos decires estamos acostumbrados un mononontón de nicaragüenses que por ser parte de la inmensa mayoría de este pueblo nos sabemos del lado correcto de la historia y a los que además las miserias humanas, cosas, charbascas, puchitos, chachalacas, liendres, cucarachas o gusanos, agregan que somos sapos, camaleones, agitadores, propagandistas sin que entre los epítetos falten las menciones que también hacen de nuestras madres.
Estos pendejos que equivocadamente nacieron aquí, pero que por sus actos terroristas fueron enviados a su verdadera patria, Estados Unidos, deberían buscar qué hacer y esto es un consejo sano, porque en esa pesadilla americana, a la que ahora pertenecen, se trabaja como esclavo para vivir como esclavo y nadie soporta en la incomodidad de su apartamento o de su cuartucho a alguien que se la pasa de vago y de tapudo diciendo que está luchando por la libertad de Nicaragua cuando nunca representaron a nadie y que hicieron de la politiquería un modus vivendi, que seguramente solo les funcionó aquí.
Partiendo de lo anterior me permito recordar aquella frase de Tomas Borge Martínez cuando desde la pasión de sus eufóricos y visionarios discursos decía; “Aunque se mueran de rabia. Habrá Frente Sandinista hoy, mañana y siempre." o aquella otra que refería haberle dicho a Daniel Ortega que; “Todo puede pasar aquí, menos que el Frente Sandinista pierda el poder… cueste lo que cueste, digan lo que digan, lo único que no podemos perder, es el poder…”.
Cuando los pendejos escucharon algo así tomaron el rábano por las hojas y fueron incapaces de medir la profundidad del mensaje porque se quedaron con el cañón y se olvidaron de la pluma. Los pendejos, que pasan rumiando sus mismos cuentos de camino, muy panchomadrilezcamente se quedaron en que las citas eran la proclama de lo que ellos llaman “dictadura” porque aquí después de tres meses de terrorismo, de sangre, violencia, tortura y tranques que pretendieron prolongar hasta el extremo del caos y la ingobernabilidad, vino el basta ya y se pudo el orden.
¿Ahora bien porque las miserias humanas, pendejos o boludos continúan repitiendo babosadas sobre una dictadura que solo está en los cráneos vacíos que tienen por cabeza?
Los pendejos quieren venderse ante el financista como que están fuertes, como que aún son capaces de ladrar, pero sin aceptar y esto ya lo sabe el mismo imperio, que aquí nadie ni se corrió al ruido de los caites y menos aún, que en algún momento se les tuvo miedo, porque si de molestia contra el gobierno se trata fue porque el presidente llamó a no reaccionar.
En lo anterior está el detalle y la razón por la cual “Aquí habrá “Frente Sandinista hoy, mañana y siempre y saben porque esa sentenciosa frase de Tomas Borge Martínez, porque ningún presidente y ningún partido, hizo a lo largo de todititita nuestra historia, lo que Daniel Ortega, Rosario Murillo y el FSLN han construido hasta nuestros días y contra eso nada puede hacer una pandilla de pendejos que jamás tuvo, ni tendrá, la capacidad para organizarse y presentar una propuesta mejor desde el único camino que tiene, el electoral.
Cuando Tomas refiere que hay que hacer lo que se tenga que hacer, pero que lo que no se puede perder es el poder, es para poder poder y esto no es un juego de palabra, sino que es ajustarse a la visión del sandinismo, al que si le dicen que es una dictadura es porque dicta que se hagan hospitales, clínicas, casas maternas, salud y educación gratuita, merienda escolar, bonos para los bachilleres, carreteras, energía, viviendas, entrega de lotes, instalaciones deportivas, parques, malecones, ferias, puertos, integración territorial, conexión intermunicipal, buses, tarifas de transporte y combustible subsidiados, más de cuarenta programas sociales, lucha contra la pobreza y el analfabetismo y tantos y tantos sueños más que a veces una se queda asombrado porque hemos hecho muchísimo con poco y eso es lo que a los pendejos les arde porque es lo que hace fuerte e imbatible una revolución que no para, que a pesar de las amenazas y las agresiones, no vuelve a ver atrás, antes bien y con orgullo muestra honrosa la frente de su dignidad ante quienes inmoralmente quieren meter la cuchara en nuestros asuntos.
Ahora bien, ni Daniel Ortega ni Rosario Murillo están en el poder porque decidieron estar en el poder. El FSLN y el pueblo sandinista lucharon con la bandera roja y negra para liberar, como lo hizo Sandino a la Azul y Blanco, aunque hay que decir que ahí andaban también pendejos que después demostraron desde el disfraz de revolucionarios que lo único que querían era ponernos como una estrella más en la bandera imperial y esos ya sabemos que eran comandantes de la revolución, comandantes guerrilleros que no respetaron esos grados políticos sino que prostibulariamente se revolcaron con el Tío Sam.
Los que sí decidimos que el líder del sandinismo y la organización política que lo respalda estén donde están somos el pueblo que queremos más de lo que tenemos, que queremos palpar y hacer nuestro el sueño que los pendejos nos negaron a lo largo de toda nuestra historia, porque cuando hablamos de ella no nos referimos solo a las pichurrias del 2018 a esta parte, sino a los ancestros de estos, a esas castas oligárquicas que pudrieron las mentes de quienes refinaron la voracidad delictiva de robarle al que nunca tuvo.
Que repetimos los logros todos los días, tienen razón, sí pero además anunciamos muchísimas cosas nuevas todos los días y no son cosméticas, son obras monumentales y hasta en el lugar más inaccesible de Nicaragua llega la visión humana de una revolución que no tiene freno.
Los pendejos también repiten sus mismas cosas, pero entre las que decimos nosotros y las que dicen ellos, hay una gran diferencia. Aquí hablamos de vida y amor, de hacer y de sumar, de crear y multiplicar, pero ellos lo único que invocan desde que ponen sus cascos o pezuñas en el suelo es la muerte y el odio, es la destrucción y la resta, es la frustración y la división y créanme que eso no nos molesta porque al final son esas las conductas por las que el pueblo los detesta, los aborrece y en consecuencia se llena de razón para determinar que toda esa jauría de hienas tienen que consumar sus últimos días desde lejos en el viaje sin retorno que emprendieron.
Mientras tanto nosotros los sapos, los que nos vendimos por 200 pesos, a los que siempre nos recuerdan a nuestras madres y que de pendejos no tenemos nada seguiremos aquí disfrutando del país que estamos construyendo y francamente riéndonos a carcajadas sueltas de todos esos pendejos y pendejas a las que echamos sal para que se retuerzan y se revienten en sus propias tripas porque nuestra amada Nicaragua siempre fue vencedora porque sus victorias siempre se fundamentaron en las páginas ya vividas, en esos eventos memorables que nos recuerdan cada una de las veces que los amos de los pendejos fueron vencidos.
Ya estamos en el contexto del festejo nacional que nos conduce al 46/19 y por supuesto el grito jubiloso de esta revolución constructora lo haremos oír tan cerca del tímpano de los pendejos que se los vamos a reventar y lo haremos repetidamente para dejar muy claro que aquí somos libres, que vivimos en paz y que eso no tiene retroceso.
QUE DIOS BENDIGA A NICARAGUA