La celebración del fin de semana pasado de la Revolución Popular Sandinista de Nicaragua en su 46 Aniversario fue una reivindicación inspiradora del Frente Sandinista y de la Copresidencia del Comandante Daniel Ortega y la Compañera Rosario Murillo. Para cualquier persona de buena fe que haya seguido el desarrollo del proceso revolucionario nicaragüense desde el Triunfo de 1979, sus motivos perdurables siempre han sido la democratización y la modernización. Desde que el Frente Sandinista publicó su programa histórico en 1969, ha priorizado la inclusión social y económica de las familias campesinas y trabajadores, mujeres y pueblos indígenas, personas con discapacidad, así como atención médica universal de calidad y gratuita, educación y capacitación vocacional de calidad también gratuita, reforma agraria radical, apoyo a cooperativas, transporte público y vivienda accesible.

El extraordinario éxito de Nicaragua desde enero de 2007 reconstruyendo el país de la ruina económica, la pobreza extrema y la privación social de los 17 años neoliberales es una gran vergüenza para las élites gobernantes estadounidenses y europeas, a la par de los fracasos estratégicos que han sufrido contra China, Cuba, Irán, Corea Democrática, Rusia y Venezuela. Así como los medios occidentales han desinformado deliberada y completamente a sus poblaciones sobre esos fracasos irremediables de la política exterior occidental, también tergiversan por completo o simplemente omiten el éxito sin precedentes del gobierno revolucionario de Nicaragua en la transformación de la sociedad y la economía del país. Los motivos entrelazados de democratización y modernización han sido fundamentales para lograr ese éxito. 

Es natural señalar la evidente modernización de la infraestructura de Nicaragua, la cual la coloca por delante de todos sus países vecinos, con los numerosos hospitales nuevos, la renovación sin precedentes de la infraestructura escolar y universitaria y la mejora de los puertos marítimos y aeropuertos del país. La mayoría de los visitantes quedan impresionados, con razón, por las carreteras en excelente estado y los puentes modernos que han hecho posibles nuevas carreteras de todo clima durante todo el año a ambas regiones autónomas de la Costa Caribeña, transformando de esta manera la conectividad entre las regiones del Pacífico y el Caribe del país. Todo esto es obvio para cualquiera que visite el país, especialmente si regresa después de no haberlo visitado durante muchos años.

Pero la modernización y democratización del país han tenido lugar en niveles más fundamentales, gracias al enfoque de la Revolución Sandinista en las necesidades y aspiraciones de la persona humana nicaragüense en la forma de su compromiso con las familias nicaragüenses. Ese proceso en realidad comenzó en los diecisiete años profundamente desmoralizadores de los reaccionarios gobiernos neoliberales apoyados por los Estados Unidos norteamericanos y la Unión Europea entre 1990 y 2006. El empobrecimiento crónico, el declive del sector público, la corrupción crónica y la disfuncionalidad absoluta de aquellos gobiernos permitieron al Frente Sandinista ganar apoyo de manera constante en sucesivas elecciones municipales locales hasta que pudo explotar las divisiones de la derecha, ganar las elecciones de 2006 y asumir el gobierno bajo el mando del Comandante Daniel Ortega en enero de 2007. 

El presidente Ortega declaró de inmediato que la salud pública y la educación pública serían gratuitas y al mismo tiempo se unió a la entonces Alternativa Bolivariana para Nuestras Américas, ahora Alianza ALBA-TCP liderada por Cuba y Venezuela. Ese acuerdo permitió un fácil acceso a combustibles y otros derivados del petróleo con términos concesionarios y también a plantas de generación eléctrica inmediatas para poner fin a los cortes de energía nacionales de 10 horas diarias heredados de la administración neoliberal anterior. Unirse al ALBA también le dio al gobierno del Comandante Ortega acceso a un financiamiento incondicional muy necesario, liberando al gobierno de la dependencia impotente de las onerosas condicionalidades del FMI y el Banco Mundial

En ese primer gobierno sandinista, de 2007 a 2011, de la segunda fase de la Revolución Sandinista, la administración del Comandante Ortega se propuso implementar su programa de reconciliación y reconstrucción nacional a pesar de no tener mayoría en la Asamblea Nacional. Para 2008, su apoyo a nivel nacional había crecido lo suficiente como para ganar una mayoría electoral por primera vez desde 1984 contra la oposición combinada de derecha y sus aliados entre el pequeño grupo de ex sandinistas. todos dependientes del patrocinio norteamericano y europeo. Con el liderazgo del Presidente Ortega y Rosario Murillo altamente enfocado y totalmente comprometido con la reducción de la pobreza, el gobierno sandinista ganó cada vez mayor apoyo del sector empresarial privado para reactivar la economía nacional, aun a pesar de la crisis financiera mundial de 2008-2009. 

Así que, en las elecciones de 2011, el Frente Sandinista logró obtener una fuerte mayoría en la Asamblea Nacional para poder implementar libremente su programa legislativo. Durante el período comprendido entre 2011 y 2018, la economía creció alrededor de un 4% o 5% anual gracias a una sólida estabilidad social, comercial y financiera, complementada por mejoras evidentes en la atención médica y la educación, una fuerte inversión en la infraestructura pública y altos niveles de seguridad ciudadana. La política del gobierno Sandinista de buscar el consenso satisfizo al sector empresarial privado al mismo tiempo que impulsaba la democratización económica para las familias campesinas, la protección de los trabajadores, el apoyo a las cooperativas y el fomento de las pequeñas y medianas empresas, así como un ambicioso programa nacional que financia microempresas de mujeres  y también importantes subsidios de electricidad y tarifas de transporte público urbano para familias de bajos ingresos económicos.

Este contexto preparó el escenario para la categórica victoria electoral del Comandante Ortega en 2016, que dejó en claro a las élites gobernantes estadounidenses y europeas que nunca derrotarían al Frente Sandinista por la vía electoral. Y esa comprensión llevó a Estados Unidos y sus socios europeos a organizar el extremadamente violento fallido intento de golpe de Estado de 2018, que involucró a las sectores importantes de la empresa privada, la reaccionaria jerarquía de la Iglesia Católica, el sector de ONG socialdemócratas y ex-sandinistas extremistas, junto con el apoyo del crimen organizado regional. Aun así, inmediatamente después de ese fallido intento de golpe de Estado, el gobierno del Comandante Ortega actuó con tremenda moderación, priorizando nuevamente la reconciliación social y la estabilidad económica.. 

Esa política permitió a la economía nicaragüense recuperarse de las graves pérdidas causadas por el fallido intento de golpe de Estado y también superar con éxito los efectos sociales y económicos del Covid-19 y los devastadores huracanes gemelos de noviembre de 2020. La recuperación fue clara a partir del desempeño excepcional de las exportaciones en 2021 y significó que el gobierno Sandinista tenía suficiente autoridad política para poder derrotar los renovados esfuerzos de los golpistas para desestabilizar el proceso electoral de 2021. Mirando hacia atrás, entre 2018 y 2021, el gobierno actuó de manera decisiva al promulgar leyes para eliminar las oportunidades de intervención extranjera. Esas leyes incluían una regulación estricta de los agentes extranjeros, una ley en defensa de la soberanía nacional, legislación actualizada sobre delitos financieros para cumplir con las normas internacionales y también una ley para abordar la amenaza del delito cibernético en línea. 

Este programa legislativo profundizó la democratización revolucionaria de Nicaragua porque finalmente puso fin a la interminable interferencia reaccionaria de representantes de los gobiernos norteamericanos y europeos dentro de Nicaragua que siempre habían actuado para promover conflicto y frenar el desarrollo humano del país. Esta última etapa de la modernización del país ha visto un dramático declive en la influencia de la jerarquía de la Iglesia católica y de la empresa privada políticamente sectaria. Y estos acontecimientos internos incidentales han coincidido con dos acontecimientos políticos decisivamente importantes, como las reformas constitucionales de 2024 y varias decisiones importantes de la política exterior del gobierno Sandinista.

La reforma parcial de la Constitución aprobada en noviembre del año pasado fortaleció el compromiso del Estado con la reducción de la pobreza, la justicia social y económica, la igualdad y la inclusión. Elimina explícitamente todas las formas de discriminación, enfatiza la igualdad absoluta de las mujeres y de todos los grupos étnicos, enfatiza la independencia, soberanía y autodeterminación de Nicaragua y prioriza la democracia directa y el desarrollo de la persona humana. La Soberanía en la Constitución de Nicaragua no es una palabrería hueca, pero realmente significa Soberanía en su sentido más amplio. 

Significa, por ejemplo, control soberano sobre la historia del país, soberanía sobre el suministro de alimentos y recursos energéticos, así como soberanía significativa también en sus relaciones internacionales. Nicaragua demostró esa decidida defensa de su soberanía al retirarse definitivamente de la Organización de los Estados Americanos en 2022  y tras reactivar sus relaciones diplomáticas con la República Popular China a fines de 2021. Además de esta férrea defensa de la soberanía nacional, la política exterior de Nicaragua también se ha basado siempre en otras dos posiciones de principio, la solidaridad con los pueblos en lucha, como Palestina y la República Árabe Saharaui, y el compromiso con la unidad centroamericana. 

La Constitución reformada también afirma: "Las y los nicaragüenses luchamos por un nuevo orden multipolar en el mundo basado en la hermandad, solidaridad, complementariedad, cooperación, igualdad y respeto entre los Estados." Este principio constitucional marca el compromiso de la Copresidencia del país para asegurar la plena participación de Nicaragua en la democratización y modernización de las relaciones internacionales. La presencia en la celebración del Aniversario 46/19 de autoridades de muy alto nivel de la República Popular China y la Federación de Rusia demuestra la muy alta estima que los gobiernos de esos países tienen por la Revolución Popular Sandinista. 

La compañera Anna Kuznetsova, Subdirectora de la Duma Estatal de la Federación Rusa, mirando a las decenas de miles en la Plaza de la Fe de Managua el sábado pasado, dijo desde el corazón: "Tenemos por qué luchar. Tenemos que luchar por nuestro Futuro y por estas y estos bellos jóvenes, nuestros hijas e hijos que están aquí”. El compañero Viceministro Ma Hui, del departamento internacional del Partido Comunista de China, comentó: "Se evidencia connotaciones cada día más profundas de las relaciones de Compañeros de Armas en la misma trinchera entre los dos países que avanzan mancomunadamente con estrecha solidaridad.”

Y el hijo adoptivo de Nicaragua, Héroe de la Paz, Brian Willson también envió un mensaje a la Celebración del Aniversario a través de un video diciendo:

"Saludos al Pueblo nicaragüense, al Pueblo Revolucionario de Nicaragua, una Luz de Esperanza para el Mundo entero.

Desde 1986 he estado viajando a Nicaragua y me encantó tanto que intenté frenar a un tren lleno de municiones con destino a Nicaragua. Y el tren no se detuvo. Iba a pasar un año en la cárcel, pero decidieron matarme.

Considero que la Revolución és increíblemente única y un Referente a seguir, para tod@s.

Estoy agradecido por el Honor de querer unas palabras mías. Ustedes hicieron todo el trabajo, y yo, como hombre mayor, de 84 años, puedo disfrutar los frutos de la Revolución.

Espero que otros norteamericanos vengan aquí para aprender de la Revolución. Los gringos desconocen estas Luchas, así como las desconocía yo cuando fui a Vietnam.

Es sorprendente cómo han soportado la presión de los Estados Unidos, la injerencia en contra de su Soberanía. Felicidades por su tenacidad.

Viva la Revolución !
Viva, Viva, Viva !”

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