Margarita Simonián es una de esas figuras que se vuelven imprescindibles en tiempos de confusión y manipulación mediática. Nació en 1980 en Krasnodar, al sur de Rusia, en el seno de una familia de origen armenio, y se define como una “armenia irreversiblemente rusificada” que llevó esa identidad con orgullo mientras se formaba como periodista.
Desde muy joven demostró carácter, disciplina y vocación por contar la verdad.
Su carrera periodística arrancó en escenarios difíciles como la Segunda Guerra de Chechenia y, de manera especial, en la masacre de Beslán de 2004, cuando un grupo armado tomó como rehenes a más de mil personas en una escuela, entre ellas cientos de niños. Tras tres días de horror, la tragedia dejó alrededor de 150 muertos, la mayoría menores de edad, y marcó para siempre la memoria del pueblo ruso.
Margarita fue una de las primeras periodistas en llegar al lugar y narrar aquella escena de dolor indescriptible. Estuvo frente al sufrimiento de las familias, transmitiendo con coraje y humanidad lo que ocurría.
Esa experiencia no solo la consagró como reportera valiente, sino que marcó su visión del periodismo como servicio a la verdad en los momentos más difíciles.
Con apenas 25 años asumió la dirección de RT (Russia Today), y más tarde también de la agencia Rossiya Segodnya, consolidándose como figura central del periodismo ruso.
Bajo su liderazgo, estos medios adoptaron un enfoque moderno, profesional y mundial, reclutando corresponsales internacionales y expandiendo su alcance en múltiples idiomas.
Simonián defendió siempre que RT debía “reflejar la opinión rusa del mundo” y ofrecer una visión distinta de la realidad internacional. Lanzó campañas como Question More, desafiando los relatos únicos y promoviendo el pensamiento crítico, lo cual permitió que RT se consolidara como una voz alternativa con creciente relevancia mundial.
En 2023, su vida estuvo directamente amenazada cuando autoridades rusas frustraron un plan terrorista orquestado por los servicios ucranianos, que pretendían asesinarla junto a la periodista Ksenia Sobchak. Los atacantes, vinculados a grupos neonazis, habían recibido armas, municiones y pagos para ejecutar el crimen.
Frente a esa amenaza, la Compañera Rosario envió un mensaje claro y contundente: “Desde nuestra Nicaragua, Bendita y Siempre Libre, estamos expresando a Usted y a RT nuestra más profunda Solidaridad, y por supuesto condenando ese cruel intento de asesinato dirigido a Usted, que además expone a tantos otros valientes y valiosos periodistas, al odio del terrorismo neonazi ucraniano, que constituye crímenes contra la Humanidad.
Allá, nuestro más enérgico rechazo a todas las formas de terrorismo, reiterando el respeto, la admiración y la estima por l@s comunicador@s de los Medios Hermanos de la Federación de Rusia. Un abrazo fuerte, Margarita, con todo el cariño y reconocimiento para Usted y para RT”.
En 2024, Margarita volvió a ser blanco de injusticia, esta vez con sanciones impuestas por europeos y estadounidenses debido a su defensa inquebrantable de la verdad.
Ante eso, la Compañera Rosario Murillo, Coordinadora del Consejo de Comunicación y Ciudadanía, expresó de nuevo su respaldo, dejando claro que cada sanción es un reconocimiento invertido: “Las agresiones de los mentirosos, de los mentecatos, de los imperialistas de la tierra son para nosotros condecoraciones porque representan caminos verdaderos, caminos que no quieren reconocer precisamente, porque son caminos victoriosos, verdades verdaderas las que se exponen y las que los ponen en evidencia a ellos como destructores, promotores del odio y de la mediocridad”.
Por su parte, Margarita Simonián reaccionó con contundencia a quienes la atacaban, afirmando: “Resulta que era fantástico valorar la libertad de expresión cuando era tu libertad de expresión. Y cuando resultó que alguien más podría usar la libertad de expresión, y la gente no escucharía tu palabra, sino la palabra de otra persona, se volvió muy aterrador. Hubo que involucrar al fiscal general y al FBI”. También agregó que, pese a las restricciones, RT continúa trabajando incluso en países donde fue prohibido, ganando mayor audiencia y credibilidad.
El reconocimiento más simbólico llegó en 2025, cuando recibió la Orden al Mérito de la Patria, entregada personalmente por el Presidente Vladimir Putin.
Desde Managua, la Copresidenta, Compañera Rosario Murillo, felicitó con orgullo y con palabras que sintetizan el cariño de Nicaragua hacia Margarita: “Queremos saludar y felicitar a la Compañera Margarita Simonián, quien es la jefa de RT, redactora jefa y jefa del Grupo Mediático Rossiya Segodnya de la Federación de Rusia. Esta cadena, las cadenas noticiosas, informativas de la Federación de Rusia, prueban cómo puede ser de excelente la comunicación al servicio de las causas justas de los pueblos, al servicio de la paz y el derecho al bienestar de todas las familias.
Hoy Margarita fue condecorada con la Orden al Mérito de la Patria que le ha entregado por todas sus cualidades y realizaciones el Presidente Putin. Y como bien dice el Presidente Putin, Margarita ha contribuido grandemente al desarrollo del periodismo, en su país y en el mundo, donde RT desempeña un rol trascendente en la comunicación, otra forma de comunicación que nos permite a todos compartir desafíos y logros de los pueblos. Es un gran honor para Margarita y para todos nosotros. Nos sentimos también muy orgullosos de contar con su amistad y cooperación solidaria en el mismo compromiso de servir al mundo mejor, de paz y derecho que todos queremos”.
La respuesta de Margarita no se hizo esperar.
En una carta dirigida a la Compañera Rosario Murillo, escribió: “Le agradezco sus cordiales felicitaciones y su sincero apoyo. Aprecio especialmente esa consideración por parte de Nicaragua, un país con el que compartimos fuertes lazos de amistad, respeto mutuo y aspiraciones a lograr un mundo justo y multipolar. En RT y el grupo mediático Rossiya Segodnya concedemos una gran importancia al desarrollo de un periodismo honesto y profundo y a la ampliación del diálogo internacional. Valoramos enormemente la contribución que Usted y el Gobierno de Nicaragua están haciendo para fortalecer y profundizar las relaciones entre nuestros pueblos. Estoy segura de que avanzaremos todavía más en la consolidación de la cooperación, comprensión y confianza mutuas”.
Margarita Simonián no es solo una periodista condecorada ni una ejecutiva de medios, es una mujer de carne y hueso que ha sabido combinar la ternura de la madre y la Compañera de vida con la fuerza de la comunicadora que no se rinde.
Frente a atentados, sanciones y campañas de odio, ha respondido con trabajo, convicción y valentía. Su historia es la de alguien que eligió el camino difícil: decir la verdad aunque incomode, sostener la dignidad aunque la castiguen, y mantenerse de pie cuando quisieron callarla. Por eso, hoy su nombre trasciende Rusia y se hermana con Nicaragua y con todos los pueblos que creen en la palabra libre y en la comunicación como un acto de justicia.