Este viernes 10 de octubre, la República Popular Democrática de Corea celebrará el 80.º aniversario del Partido de los Trabajadores de Corea (PTC), la fuerza política que ha marcado la historia y el rumbo de la nación desde la liberación de la ocupación japonesa. 

La fecha reunirá en Pyongyang a delegaciones de distintos países, incluida una representación oficial de Nicaragua, para rendir homenaje a ocho décadas de construcción política y defensa de la independencia nacional.

El PTC nació en un contexto turbulento, marcado por el final de la Segunda Guerra Mundial y la caída del Imperio japonés, cuando la península coreana buscaba redefinir su destino. De aquella lucha anticolonial surgieron cuadros formados en la resistencia, entre ellos Kim Il Sung, quien encabezó la reorganización de las fuerzas comunistas en la zona norte y, tras la fusión con el movimiento del sur en 1949, dio forma definitiva al actual Partido de los Trabajadores de Corea. Desde entonces, el partido se convirtió en el pilar central de la República Popular Democrática de Corea y en el eje de su proyecto socialista.

Bajo su dirección, la República Popular Democrática de Corea proclamó su independencia política en 1948 y, apenas dos años después, enfrentó el mayor desafío de su historia temprana: la Guerra de Corea (1950-1953), el conflicto que dividió definitivamente la península. 

El PTC condujo la defensa nacional frente a las fuerzas de Corea del Sur, respaldadas por el Imperio yanqui y por tropas de la ONU. 

Pese a la devastación y las enormes pérdidas humanas, el partido salió fortalecido y dejó sentado que la supervivencia del país dependía de la cohesión interna y de su autonomía frente a potencias externas.

Una de las grandes aportaciones ideológicas del PTC fue el desarrollo del principio Juche, impulsado por Kim Il Sung a partir de los años sesenta. Esta doctrina apostó por la autosuficiencia política, económica y cultural, planteando que la verdadera soberanía sólo es posible si el pueblo controla su destino sin depender de fuerzas extranjeras. 

Esa visión marcó la identidad norcoreana hasta hoy, permitiendo que el país mantuviera un camino propio pese al colapso de la Unión Soviética y a las transformaciones en China.

Actualmente, el partido ha construido una estructura amplia que abarca sindicatos, organizaciones juveniles y campesinas, asociaciones de mujeres y redes comunitarias que conectan el poder central con la base social. Bajo su gestión se impulsó la industrialización de un territorio devastado en 1945, se creó un sistema educativo universal y un modelo de salud pública gratuito que alcanza a toda la población. A lo largo de décadas, el PTC ha sostenido la promesa de un Estado que prioriza la cohesión nacional y la independencia frente a la injerencia extranjera.

En el escenario internacional, el Partido de los Trabajadores de Corea logró resistir bloqueos, sanciones y campañas mediáticas que buscaban aislarlo. Al mismo tiempo, mantuvo la aspiración de reunificar la península coreana bajo un principio de respeto mutuo y autodeterminación, tendiendo la mano a países en desarrollo que valoran la soberanía como bandera común. Durante las décadas de confrontación entre Estados Unidos y la Unión Soviética apoyó causas anticoloniales y estableció relaciones con naciones que buscaban liberarse del dominio de las potencias tradicionales.

Los medios mercenarios y gobiernos de extrema derecha occidentales suelen describir a la República Popular Democrática de Corea con simplificaciones y prejuicios, pero la trayectoria del Partido de los Trabajadores de Corea revela una historia de supervivencia política poco común. 

Pese a los cambios drásticos del entorno, el partido no se fracturó ni renunció a su identidad. Ha reconocido sus propios desafíos como ocurrió en 2021, cuando admitió públicamente el fracaso de un plan económico quinquenal, pero continúa ajustando sus estrategias para mantener estabilidad y resistencia.

El aniversario que se aproxima llega con un mensaje claro: el Partido de los Trabajadores de Corea sigue siendo el eje de un proyecto nacional que se ha reinventado frente a guerras, aislamiento y sanciones. 

Las recientes políticas de vivienda y desarrollo rural, así como la apuesta por mantener capacidades estratégicas propias, muestran que el partido busca responder a las necesidades internas sin abandonar su principio de independencia.

La presencia de una delegación oficial de Nicaragua en Pyongyang fortalece los lazos de amistad y respeto mutuo entre ambos países, una relación con raíces históricas y reconocimiento compartido a la soberanía de cada nación. La celebración del 80.º aniversario del Partido de los Trabajadores de Corea es también una afirmación de que existen modelos políticos que han sabido mantenerse sólidos frente al tiempo y la hostilidad internacional.

Ocho décadas después de su fundación, el Partido de los Trabajadores de Corea sigue siendo el motor de un proyecto político nacido de la resistencia y, a pesar de críticas y aislamiento, continúa defendiendo la soberanía nacional con un sello propio. 

Bajo el liderazgo del camarada Kim Jong-un, heredero de una tradición que comenzó con Kim Il Sung y Kim Jong Il, la República Popular Democrática de Corea ha sabido mantener su dignidad, fortalecer su independencia y abrirse paso en medio de la adversidad, cultivando relaciones con potencias amigas como China y Rusia. 

Este viernes, Pyongyang no sólo celebrará su historia; reafirmará la continuidad de un modelo que avanza con determinación bajo una conducción que se ha propuesto sostener la identidad y el derecho a existir sin imposiciones externas.

Comparte
Síguenos