Han transcurrido 30 años desde ese 2 de diciembre de 1995, cuando el nicaragüense Rosendo Álvarez tocó el cielo al coronarse campeón mundial de boxeo, al derrotar por decisión unánime en 12 asaltos al tailandés Chana Porpaoin.
Ese día, el pinolero se consagró monarca mundial de las 105 libras (peso mínimo) de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB).
El homenaje al bicampeón mundial se hizo posible gracias a Lucalza Nicaragua, de la mano de su gerente general, el ingeniero Arturo Artola.

A este evento asistieron cronistas deportivos, personalidades del deporte nicaragüense, en especial del boxeo, como Renzo Bagnariol, vicepresidente de la AMB.
Agradeció a todos los que lo han apoyado
Con la sinceridad y transparencia que caracteriza al bicampeón mundial Rosendo Álvarez, este expresó, "primero que todo, quiero darle las gracias a Dios, le doy gracias a nuestro Señor Jesucristo, a mi madre allá en el cielo, porque fue la que me apoyó en los momentos del inicio de mi carrera".

También agradeció, de manera profunda, al ingeniero Arturo Artola, gerente general de Lucalza Nicaragua, "por siempre ser mi amigo, mi hermano, un apoyo; nos conocemos desde hace 45 años, crecimos en Ciudad Sandino, en un barrio muy humilde que, hoy en día, es un gran municipio".
Le dio las gracias al Buen Gobierno Sandinista, a los Copresidentes Comandante Daniel Ortega y Compañera Rosario Murillo.
"Me siento muy afortunado de tener la oportunidad de festejar este aniversario 30, con todos ustedes, con todos los invitados, con Lucalza Nicaragua y con mi familia", exclamó.

Álvarez, de manera especial, agradeció al pueblo de Nicaragua, "por todos los aplausos que me han brindado, en el inicio de mi carrera, y también cuando cerré mi carrera y el cariño que siempre me han brindado; estoy en deuda, porque eso no tiene precio, el cariño de un pueblo no tiene precio, vale demasiado y yo me siento muy afortunado de tener ese aprecio, por eso es que siempre trato de luchar para seguir ayudando al deporte de mi país".
Recuerdos de Rosendo del día del combate, hace 30 años
Rosendo recuerda que después del pesaje, que fue en Bangkok, capital de Tailandia, lo trasladaron como a 6 horas de distancia, a la frontera con Camboya, a una ciudad.

"Viajamos en un microbús, por mucho tiempo, Mario Arce, el señor (Luis) Espada, Garibaldi, Rigoberto; ahí estaba Lucho Espada también, hijo del señor Espada, y los periodistas que andaban con nosotros; había dos", recordó.
El bicampeón nicaragüense comentó, sobre la llegada a esa ciudad fantasmal de Tailandia, "recuerdo que cuando llegamos al hotel, era un hotel de mala muerte; yo creo que en Nicaragua había mejores condiciones, en aquellos tiempos (años 90 y principios del 2000) cuando no había luz aquí. Ahí cuando llegamos, había cucarachas, ratas y todo".
La gloria del boxeo nicaragüense considera que el trato que recibieron en Tailandia, "creo que era una forma de desmoralizarnos, psicológicamente. Al día siguiente, fuimos a buscar qué comer y no había nada que conociéramos, porque no había comida internacional, entonces, tuvimos que buscar y había un Seven Eleven ahí, nos metimos a comer y me comí dos hot dogs, dos manzanas y Gatorade, y esa fue mi recuperación, para subir a pelear con Chana Porpaoin, horas después, y brindar un gran encuentro, una gran pelea", hizo la remembranza.
Álvarez aún tiene muy fresco en su memoria el primer golpe que le propinó Chana Porpaoin, en esa memorable pelea del 2 de diciembre de 1995.

"El primer golpe que me dio Chana Porpaoin en la frente me asustó, porque sentí como que tenía una piedra en la mano; eran guantes de 6 onzas, fue la última pelea que se realizó con guantes de 6 onzas, y fue una guerra mortal. La verdad, que un digno rival, un gran campeón, vencí a un hombre de 35 peleas invictas, nueve defensas y le arrebatamos la corona", aseguró.
Después llegó el momento más emocionante para Rosendo, y con mucho sentimiento, dijo: "y cuando ya fuimos nombrados campeones, lo primero que grité fue: 'Mamá, te cumplí, tu hijo es el nuevo campeón mundial', y ella estaba muy feliz; por eso me lleno de satisfacción, de celebrar este día, el día de hoy. Y agradezco al ingeniero Arturo Artola, a Lucalza Nicaragua, distribuidor exclusivo Chevron, y agradezco a todos ustedes que estén presentes también".

Un extraordinario campeón y una gloria del boxeo
Renzo Bagnariol, vicepresidente de la AMB, manifestó que para él fue muy especial, y lo sigue siendo, cuando Rosendo Álvarez se coronó campeón mundial de ese organismo en 1995.
"Estuve involucrado en eso, al comienzo; hasta me extraña que hayan pasado 30 años; me acuerdo la noche de la pelea", aseguró.
Bagnariol comentó que Rosendo iba con fe, pero lo más grandioso fue "ir a Tailandia para ganar; fue algo sumamente especial; además, que fue el primer campeón posguerra, el primer campeón que tuvimos y un campeón extraordinario".

A nivel personal, para Renzo Bagnariol, la figura de Rosendo Álvarez representa, "es un gran campeón, fue el que abrió las puertas para que después vinieran todos los demás que tuvimos; es un campeón que, si hubiese sido manejado de otra manera, no fue bien manejado, hubiese obtenido más títulos".
Arturo Artola, gerente general de Lucalza Nicaragua, dijo que está muy orgulloso de Rosendo, porque es un nicaragüense que representa a la patria y, como boxeador y persona, ha hecho una excelente labor, un excelente trabajo.
Artola destacó que Nicaragua tiene grandes campeones en el boxeo, como Alexis Argüello, Román "El Chocolatito" González, "personas que han mostrado mucha garra".

El gerente general de Lucalza Nicaragua puntualizó que es importante rendir homenaje en vida a los atletas, "yo creo que asídeben ser las cosas, reconocerle a la gente mientras esté en vida y reconocer lo que hay que reconocer. Así que eso es Lucalza, dándole su lugar a los deportistas nicaragüenses, leyendas".
Moisés Ávalos, presidente de la Asociación de Cronistas Deportivos de Nicaragua (ACDN), valoró que es un reconocimiento muy merecido para el bicampeón Rosendo Álvarez.
"Bien que llegue en vida y, se trata de uno de los más grandes atletas, no boxeadores, atletas en la historia de Nicaragua", reconoció Ávalos, quien elogió a Rosendo, "él tocó el cielo muy temprano y, como todo boxeador, salió desde abajo con hambre, hambre de ganar y hambre de comer; también quería comer", declaró.
Este homenaje al bicampeón mundial de boxeo Rosendo Álvarez fue muy significativo, de principio a fin, pero el momento más emocionante y grande para Rosendo fue cuando el ingeniero Arturo Artola, gerente general de Lucalza Nicaragua, le entregó un cuadro donde aparece el bicampeón, boxeando, y su madre más arriba, a la izquerda de la foto.













