Desde que Joaquín “El Chapo” Guzmán se fugó de la cárcel de alta seguridad Altiplano I a través de un túnel de más de 1,5 kilómetros de largo, se han visto diferentes celebraciones por las calles de Culiacán, capital del estado de Sinaloa, y en Badaguira, municipio donde nació el narcotraficante más buscado del mundo.
Eso porque desde su espectacular fuga, la leyenda que rodea al líder del cartel de Sinaloa crece cada día en su estado natal, al noreste de México, donde es venerado por algunos como un héroe pese a la gran cantidad de muertes en las que ha estado involucrado su cartel.
En los últimos 10 años, la sangrienta lucha que el cartel de Sinaloa ha desatado contra sus competidores, ha dejado un saldo de al menos 80.000 muertos y 30.000 desaparecidos en México, según el diario español El País.
En Badiguarato, el municipio que alberga el pequeño pueblo donde nació Guzmán en 1957, La Tuna, parte de sus habitantes tienen la esperanzan de que “El Chapo” revitalice ahora su economía. Ahí, varios de sus locales honran al narcotraficante, como el restaurante de pollo asado llamado “El Chapo”, que está ubicado cerca de la plaza principal.
Antes de que el narco fuera detenido en febrero de 2014, Guzmán enviaba alimentos a hospitales, juguetes para los niños en Navidad y sobre todo, daba empleos a los campesinos. “La gente se alegró con su fuga, porque él ayuda mucho a la gente”, explicó un joven de 22 años a la agencia France Press, en el centro de Badiraguato. “El da dinero, pone empleo. Ayuda más que los presidentes”, contó.
También Erica, una mexicana de 40 años, aseguró a esa agencia que “El Chapo” ha sido “bueno con la comunidad”, ya que cuando está fuera de prisión “la gente trabaja, hay movimiento, aunque ‘cortando árboles”, una referencia para los empleos del narcotráfico. Así muchos de los trabajos que “El Chapo” ofrece a la comunidad están relacionados con el cultivo de la marihuana y la amapola, drogas que llevan más de 100 años plantándose en la zona.
Según cifras oficiales locales, el 50% de los campesinos del municipio de Badiraguato estarían dedicado al cultivo de drogas. “La producción de marihuana es lo súnico que les sirve para subsistir”, reconoció a la France Presse el alcalde Mario Valenzuela.
Badiraguato es el segundo municipio más pobre de los 18 que componen Sinaloa y una quinta parte de sus 3.725 habitantes, viven en la extrema pobreza.
Aún con las actividades relacionadas con las drogas, sus habitantes viven de manera marginal, sin electricidad ni otros servicios básicos.
Una situación que contrasta con ciertos signos de riquza que estarían relacionados con el narcotráfico: según Reuters, llaman la atención grandes casas con portones y autos nuevos y un parque recreativo que fue construído recientemente a la orilla de un río.
Sinaloa es parte del llamado “triángulo dorado”, una zona donde prolifera el cultivo de drogas entre este estado, Durango y Chihuahua.
Debido a su clima y a su accidentada geografía, con frondosas montañas, esta región mexicana es uno de los mayores lugares de cultivo de drogas en el mundo. Ha visto nacer no sólo a “El Chapo” sino que también a decenas de otros capos del narcotráfico.
Su ubicación geográfica también conecta a Sinaloa con Michoacán y Guerrero, otros dos grandes productores de opio y marihuana.
Desde ahí también controlan los pasos hacia Estados Unidos, como Tijuana, Ciudad Juárez y Mexicali, que le dan acceso a su gran cliente: el estado norteamericano de California.
Sólo en Estados Unidos, el cartel de Sinaloa domina el 30% del sector de marihuana y cocaína, y más del 60% de la heroína. Sus ventas rondan los US$ 3.200 millones anuales.