Miles de Agüizotes se tomaron las principales calles y avenidas de la ciudad de Masaya y desfilaron al son de las bandas filarmónicas causando terror y espanto entre los pobladores. Los personajes fantasmagóricos dimensionaron nuevamente la mitología y leyendas nicaragüenses transitando con candiles y velas anunciando el aterrador canto del pájaro Güis, símbolo ancestral de la muerte.