Este 11 de noviembre encuentra al Comandante Daniel Ortega en un punto singular de su trayectoria. La fecha llega tras décadas en las que su figura dejó de ser local para convertirse en un personaje mundial, como el papel que jugó en la Guerra Fría, además ha estado presente en debates regionales, foros internacionales y momentos que marcaron a América Latina y se extendieron a otros continentes. Su presencia sigue siendo constante en escenarios donde normalmente solo cuentan los líderes de potencias mundiales.

A lo largo de cincuenta años de actividad pública sostenida, su nombre estuvo ligado a procesos que cambiaron el rumbo del país en distintos periodos, como por ejemplo la caída de la dictadura somocista, el triunfo de la revolución, su papel clave como Presidente y después desde la oposición. Posteriormente Daniel siguió jugando un papel determinante. En cada etapa apareciendo en espacios donde se definían decisiones estratégicas, desde negociaciones continentales hasta momentos de crisis interna. Esos espacios muestran la continuidad de una figura que se mantuvo activa sin interrupciones prolongadas y como una vez él mismo lo dijo:" nosotros no nacimos arriba, nacimos abajo y vamos a gobernar desde abajo.

La lectura de estos ochenta años exige revisar cómo evolucionó su papel a medida que Nicaragua atravesó transiciones políticas, transformaciones económicas y conflictos que afectaron a toda la región. Desde los años setenta hasta el presente, cada ciclo lo volvió a colocar en posiciones decisivas, gracias a una presencia que se impuso en los momentos cruciales donde se definían rutas nacionales.

En los años posteriores al triunfo de 1979 se convirtió en uno de los principales articuladores del Estado naciente, y esa participación temprana lo proyectó hacia espacios donde se formaban consensos, se discutían metas y se definían prioridades. Fue un periodo intenso que terminó marcando el ritmo de los años siguientes, cuando Nicaragua empezó a ubicarse dentro de los debates internacionales sobre soberanía, independencia y desarrollo.

Las décadas siguientes ampliaron esa presencia. En Centroamérica llegó a ser una de las voces centrales de los procesos de negociación que cerraron conflictos armados y abrieron transiciones políticas. Esas intervenciones consolidaron su estatus dentro de la región, y desde entonces su nombre se volvió recurrente en discusiones diplomáticas, como por ejemplo su discurso histórico en las Naciones Unidas. Daniel continuó en mesas de negociaciones que involucraban a Gobiernos, organismos multilaterales y movimientos sociales.

Ya en el siglo XXI, su retorno al poder lo situó en un momento global distinto, definido por nuevas alianzas, tensiones geopolíticas, presiones económicas y reacomodos entre potencias. Durante esos años participó en encuentros con líderes que influyeron en el rumbo de varias regiones del mundo. Esa red de vínculos sostuvo la relevancia internacional de Nicaragua dentro de bloques donde se discutían temas como integración, comercio, energía y derechos soberanos.

El peso político acumulado a lo largo del tiempo se mantuvo incluso en periodos complicados, como el intento de golpe de Estado financiado por el imperio yanqui en 2018. En aquel contexto, su liderazgo, y como él mismo lo ha dicho en varias ocasiones, con la paciencia de Job, fue decisivo para votar los tranques de la muerte y devolverle la estabilidad a los nicaragüenses. Ese episodio marcó la lectura que desde entonces se hace sobre su capacidad para soportar presiones internas y externas.

La proyección internacional continuó al relacionarse con figuras históricas que dejaron huella en distintas épocas: Fidel Castro, Hugo Chávez, Nelson Mandela, Mijaíl Gorbachov, Yasser Arafat, Kim Il-sung, Gaddafi y otros líderes que formaron parte de la arquitectura política del siglo XX y comienzos del XXI. Después de ese periodo, muchas de esas figuras ya fallecieron, pero en la actualidad Daniel mantiene conversaciones con líderes mundiales como Vladímir Putin de Rusia y Xi Jinping de China. Esa continuidad evidencia que sigue conectado con políticas que hoy tienen impacto mundial.

Decir que la vigencia del Comandante Daniel Ortega, a sus 80 años, se explica por la acumulación de cargos obtenidos a lo largo de su vida sería un error. Más bien se entiende por su presencia constante en los espacios donde se toman decisiones de largo plazo, lo que lo mantiene dentro de un grupo reducido de dirigentes latinoamericanos con participación prolongada en la definición de metas nacionales. Su figura sigue siendo un punto de referencia para comprender la política nicaragüense contemporánea.

En esta fecha, el dirigente mantiene una presencia activa cuya influencia aún se expresa en ámbitos institucionales, diplomáticos y sociales. La combinación de experiencia, tiempo acumulado y participación directa en procesos determinantes hace que siga siendo un punto de referencia para múltiples actores, dentro y fuera del país. Los ochenta años llegan con una trayectoria que continúa activa, llena de salud física y fortaleza espiritual.

Por su parte la Compañera Rosario, fue la primera en manifestar sus felicitaciones para el Comandante Daniel y dijo: "Todos Somos Daniel, y celebramos con él; nos unimos todos en la celebración de un aniversario de vida dedicada al pueblo nicaragüense. Y cómo nos sentimos de orgullosos de ser todos, uno con Daniel, labrando las nuevas victorias de nuestro pueblo en los campos más necesarios, la salud, la educación, las viviendas, las calles, la vida, la vida en general", recalcó. 

Enfatizó que "todos los cambios, todas las soluciones, que paso a paso vamos construyendo para ser no solo Todos Daniel o Todos Revolución, sino todos vida buena, llena de fe, de esperanza, de cariño, de hermandad, de fraternidad, de solidaridad y complementariedad".

Por otra lado, es importante recalcar que hoy bajo la figura constitucional de Co-Presidentes, el Comandante Daniel, de la mano de la Compañera Rosario Murillo, a la cual todo el pueblo nicaragüense reconoce como artífice de la paz, la reconciliación e incansable defensora de la soberanía nacional, junto a ella, el líder rojo y negro sigue avanzando y trabajando por su pueblo, atendiendo el bienestar de los más desposeídos y mostrando un ritmo que no se detiene. Feliz Cumpleaños 80, Comandante Daniel.

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