Unos 300 migrantes desaparecieron en el Mediterráneo durante una peligrosa travesía desde Libia hacia Europa que iniciaron el sábado, dijo el miércoles la agencia de refugiados de Naciones Unidas ACNUR.
Los sobrevivientes de otras embarcaciones de la flotilla, que zarpó de Libia, confirmaron que dos botes neumáticos desaparecieron en el mar, explicó la portavoz del Alto Comisionado para los Refugiados (ACNUR), Carlotta Sami.
La agencia había citado antes a los sobrevivientes y anunciado la muerte de unas 203 personas en el viaje. Luego amplió la cifra.
Naciones Unidas, Save the Children y otras organizaciones humanitarias criticaron duramente el nuevo sistema de patrullas de rescate respaldado por la Unión Europea, tachándolo de ineficaz para salvar vidas.
La Unión Europea se hizo cargo del patrullaje en el Mediterráneo, pero sólo patrulla cerca de la costa Europea.
Italia patrullaba antes las aguas próximas a la costa Libia.
Las muertes se suman a las 29 de las que informó esta semana la guardia costera italiana, que dijo que las víctimas habían muerto de hipotermia durante el viaje desde Libia.
Reuter dijo que tres embarcaciones, con unas 100 personas a bordo cada una, se encuentran desaparecidas, de acuerdo con testimonios de sobrevivientes que alcanzaron la isla italiana de Lampedusa.
Las condiciones del mar en esta época del año son extremas y las temperaturas apenas están por encima de los cero grados centígrados.
El Papa Francisco lamentó el fallecimiento de decenas de inmigrantes africanos mientras intentaban llegar a Italia atravesando el Mar Mediterráneo e instó a la solidaridad.
Al finalizar su audiencia general de los miércoles, que presidió ante más de 11 mil personas congregadas en la Plaza de San Pedro del Vaticano, el Sumo Pontífice de la Iglesia Católica hizo referencia a las decenas de inmigrantes muertos a causa del frío y un temporal que golpeó tres barcas en las cuales viajaban.
“Sigo con preocupación las noticias llegadas de Lampedusa, donde se cuentan otros muertos entre los inmigrantes a causa del frío mientras atravesaban el Mediterráneo”, indicó.
“Deseo asegurar mi oración por las víctimas y animar nuevamente a la solidaridad, para que a ninguno le falte el socorro necesario”, agregó.
En octubre de 2013 casi 300 migrantes murieron frente a las costas de Lampedusa cuando la embarcación en la que viajaban se hundió.
Testigos de esta tragedia relataron que en el barco, que partió del norte de África en dirección a las costas europeas y que naufragó tras declararse un incendio y volcar, viajaban 518 personas.
Un tunecino de 35 años, Kaled Ben Salam, uno de los supervivientes, fue señalado como supuesto responsable de la fatídica travesía y posible autor de un incendio, declarado tras quemar una manta para intentar advertir a otros barcos y las autoridades italianas de las dificultades por las que atravesaba la barcaza.
Germani Nagassi, de 30 años, le dijo a la cadena CNN que nunca podrá olvidar lo que vivió. “Durante cinco horas estuvimos flotando, usando los cuerpos de nuestros compañeros como salvavidas”, recordó.
“No hay nada peor que eso. Había tantos niños. Había una madre con cuatro hijos, una mama con un bebe, todos perdidos en mar. Estoy asustado y en una condición terrible", agregó.
El Papa Francisco, al hablar de esa tragedia, exclamó "sólo me viene la palabra vergüenza, es una vergüenza". El pontífice improvisó estas palabras al término del discurso a los participantes en el convenio sobre el aniversario de la encíclica "Pacem in Terris".
"Hablando de crisis, hablando de la inhumana crisis económica mundial, que es un síntoma grande de la falta de respeto por el hombre, no puedo dejar de recordar con gran dolor las numerosas víctimas del enésimo trágico naufragio ocurrido hoy cerca de Lampedusa, añadió.
"Recemos junto a Dios por los que han perdido la vida, hombres, mujeres, niños, por los familiares y por todos los inmigrantes. Unamos nuestros esfuerzos para que no se repitan tragedias similares. Sólo una decidida colaboración de todos puede ayudar a prevenirlas", dijo a los presentes.
El primer viaje que hizo Francisco como papa fue a la isla de Lampedusa, en julio de 2013, en el que quiso mostrar al mundo el drama de la inmigración.













