Jamás, en la historia de Nicaragua, un tema tan ineludible como los fenómenos telúricos, alcanzó el rango de prioridad de Estado. Ineludible, claro, para quienes estiman la vida de los demás.
“Está bien, tú ganas, pero primero soy socialista y después cristiano”, dijo Fidel Castro a Hugo Chávez luego de intensas conversaciones entre ambos líderes políticos.
La prensa se hace menos cuando exagera la colosal existencia que no tiene un partido llamado “grande”, cuya sobrevivencia depende de los titulares y del reciclaje de cualquier desafortunada especulación que se le ocurra.
La visita que el presidente Barack Obama realizará a su homólogo, el general de ejército, Raúl Castro, debería constituir el acta de defunción, oficial y extraoficial, de la Guerra Fría...