CONDENADOS POR LA HISTORIA
Por: Carlos Alberto EscorciaPolanco
El embajador de Estados Unidos interviene abiertamente para garantizar el triunfo de Arnoldo Alemán y la derrota del FSLN. -
El Frente Sandinista de liberación Nacional, FSLN, siempre aceptó los resultados electorales emanados del Consejo Supremo Electoral, a pesar de que siempre introdujo recursos de impugnación, cuestionando innumerables anomalías y todos siempre le fueron denegados por el organismo electoral.
Durante las elecciones presidenciales del 20 de octubre de 1996, que “ganó” Arnoldo Alemán Lacayo, se dio el más descarado, abierto y cínico fraude electoral en toda la historia de Nicaragua, sin que las grandes cadenas de televisión estadounidenses se dieran por aludidas. Nada pasó a nivel mediático internacional.
La noche de dichas elecciones, el Centro Nacional de Cómputos del Consejo Supremo Electoral, bajo la presidencia de la renegada del Movimiento Renovador Sandinista, MRS, Rosa Marina Zelaya, instaló su centro de operaciones en el local del Centro Banic, ubicado en carretera a Masaya.
A eso de las 10:30 PM, se dio un apagón en todo Managua y obviamente en el Centro Nacional de Cómputos, el cual quedó a oscuras. A 6 años de la ridícula “economía social de mercado” de un gobierno pro estadounidense, (que si saben cómo hacer bien las cosas), el CSE no contaba con generadores eléctricos para solventar esa eventualidad.
Entre 5 y 10 minutos después de iniciado el apagón, misteriosamente se apareció por la puerta principal del Centro Banic, el mero jefe de todo el circo montado por la Rosa Marina Zelaya, presidenta del CSE.
Caminando como el amo y señor de la situación, ingresó nada menos que el embajador de los Estados Unidos de América, míster “Pancho Villa” a como le decían los mismos somocistas al embajador Oliver Garza, por su frondoso bigote de brocha.
Por si esto fuera poco, el bigotudo Pancho Villa veniaacompañado del ministro de Educación de la administración Chamorro, Humberto Belli. Ambos pasaron directamente al despacho de la presidenta del CSE, Rosa Marina Zelaya.
De nada valieron los vociferantes reclamos a gritos del jefe nacional de los fiscales del FSLN, Edwin Castro, quien airadamente gritaba: “Que p. anda haciendo aquí el embajador Garza? Nada tiene que hacer aquí este HDLGCMP.” Nadie, absolutamente nadie le hizo caso al militante Sandinista, conocido por la carta paterna “Mañana hijo mío todo será distinto.”
El embajador Garza y su acompañante, el ministro Belli se encerraron en el despacho de la titular, Rosa Marina Zelaya. ¿Cuál era el papel de Garza en el Centro de Cómputos, precisamente a la hora que se dió la interrupción del fluido eléctrico, es y será un misterio de la historia? Garza abandonó el edificio pocos minutos antes que retornara el fluido eléctrico.
Antes de darse la interrupción de electricidad en todo Managua, con el 40% de los votos escrutados, el comandante Ortega llevaba un 50% de votos a su favor y Alemán un 48.7%. Al retornar el fluido eléctrico, las computadoras marcaban números diametralmente distintos; con 47% escrutado, Alemán subió al 51% y el FSLN bajó al 38% en una matemática imposible de conciliar.
Desde Honduras y El Salvador, viajaron miles de ciudadanos de esos países para votar por Arnoldo Alemán Lacayo. Quien confesó toda la ilegal operación de fraude masivo fue el pastor evangélico salvadoreño Melvin Velásquez, pastor de la iglesia Guerreros de Cristo, de la denominación del mismo nombre, Guerreros de Cristo, en la ciudad de Santa Ana.
El pastor incluso mostró su cédula de identidad nicaragüense, a todas luces ilegal, según la cual, nació en la ciudad de Chinandega, siendo originario de El Salvador.
Preguntado porque se prestó a tal engaño y manipulación, el pastor argumentó que tanto él como miles de salvadoreños viajaron a votar ilegalmente a Nicaragua por el temor que, si triunfaba Ortega en Nicaragua, seria después más fácil que en El Salvador triunfara el FMLN y su país se volvería comunista como Cuba y Nicaragua.
Con la mayor desfachatez y cinismo del mundo, esa misma noche de las elecciones, a eso de la 1:00 de la mañana ya del 21 de octubre de 1996, Rosa Marina Zelaya proclamó ganador de las elecciones y como tal, presidente electo, a Arnoldo Alemán Lacayo.
Pero aquí no termina todo. Si jamás se supo que hablaron el embajador de los Estados Unidos, míster “Pancho Villa” y la presidente del Consejo Supremo Electoral, la Rosa Marina Zelaya, si se sabe con precisión que sucedió al día siguiente.
La manipulación del fraude fue tal que miles de balotas electorales, todas favorables al comandante Ortega, aparecieron tiradas en sacos en los cauces de Managua.
Nadie armó ningún escándalo en la prensa nacional e internacional, ni la OEA convocó a su Consejo Permanente en Washington para analizar el gravísimo caso del apagón en todo Managua y la misteriosa visita del embajador estadounidense Oliver Garza durante el apagón, ni el escandaloso caso de las miles de balotas electorales lanzadas en sacos a los cauces de Managua.
Pero el expresidente Oscar Arias Sánchez, de Costa Rica, quien jamás se ha distinguido por sus simpatías con la Revolución Sandinista, tuvo el descaro cínico de alegremente decirle al comandante Ortega: “Daniel, te robaron las elecciones. Por algo mucho menos que esto, en mi país, se hubieran anulado las elecciones y estas hubieran tenido que volverse a realizar. Pero te aconsejo que por la paz, no reclames, porque nadie te va a creer.”
Para las elecciones presidenciales que ganó Enrique Bolaños, sin que el país estuviera en guerra, sin motín o asonada, el presidente Arnoldo Alemán, en un despliegue de fuerza totalmente innecesario e injustificado, pero intimidatorio, sacó los tanques del ejercito a patrullar las calles de Managua dos días antes de las elecciones de noviembre de 2001.
Fue un grupo de empresarios nicaragüenses, luego de conocerse los resultados de las elecciones de noviembre de 2006, quienes hablaron con el candidato perdedor Eduardo Montealegre Rivas, hijo de un banquero que amasó su capital al amparo del somocismo, quienes prácticamente le exigieron reconociera su derrota.
“Gobernando sin guerras, sin bloqueos, sin sabotajes a la producción, sin minados a los puertos, sin voladuras de puentes, sin vuelos supersónicos del ‘pájaro negro’ el avión espía SR-71, sin ataques con lanchas pirañas de la CIA, con toda la generosidad de la comunidad mundial y la banca internacional, luego que prometieron el cielo y la tierra, los autodenominados sectores democráticos, jinetearon el macho por 17 años y fracasaron”, decía un comentario editorial del diario La Opinión de Los Ángeles, California, el 5 de Julio de 2008.
El retorno del comandante Ortega al poder en enero de 2007, marcó la segunda etapa del 19 de Julio. El pueblo triunfó y se inició la fiesta de liberación de los oprimidos, de la que nos hablan las Sagradas Escrituras y volvió la esperanza de los pobres.
Atrás quedó la negra noche neoliberal. Fue como un segundo 19 de Julio para los pobres, para los humildes, los explotados, los “comecuandohay”, los sajinudos, los condenados de la tierra, de los cuales hablaba el intelectual Caribeño martiniqués Frantz Fanón. Brotó nuevamente la esperanza para los despreciados del mundo.
La torpeza política de los peones del imperialismo transformó lo que originalmente era un convenio entre estados, el pacto petrolero con Venezuela y obligaron al presidente Ortega a privatizar dicho convenio y convertirlo en un negocio eminentemente privado conocido como ALBANISA. (Asamblea desconoce deuda con Venezuela, LA PRENSA, 3 de noviembre de 2009)
Aunque la vigencia de ALBANISA tuvo relevancia por solo unos 5 años, si fue lo suficiente como para agenciar a unas 200 mil familias, encabezadas por madres solteras para convertirse en microempresarias por medio del programa Hambre Cero.
Luego vinieron otros programas como Usura Cero o micro préstamos para los pobres que no tenían acceso al crédito bancario. El subsidio al transporte urbano, a un precio equivalente a 7 centavos de dólar el cual no ha subido ni un centavo en 16 años.
Los pobres comenzaron a disfrutar de la verdadera gratuidad de los servicios de salud y educación. Atrás quedo la pesadilla que los pobres tenían que comprar en los centros de salud y hospitales, el alcohol, el algodón, la gasa, las jeringas y hasta los litros de suero, todo era comprado “afuera”.
Igual cosa sucedió con la educación. La famosa “coperacha” o contribuciones dizque voluntarias que debían dar los padres de familia para comprar escobas, lampazos, cloro y demás implementos de limpieza en las escuelas, además de las contribucionespara los “esténciles” o de lo contrario no había exámenes.
Los cafetines escolares que eran minitas de oro de las queridas de los directores fueron “desprivatizados” y pasaron a control estatal y a ningún estudiante se le volvieron a retener las notas, si no daba la contribución “voluntaria”.
Los supuestos defensores de la “democracia” para quienes democracia significa explotación capitalista de los obreros, pegaron el grito al cielo y vociferaron a los 4 vientos que el presidente Daniel Ortega era un populista que estaba manipulando la pobreza del pueblo.
Cuando el gobierno Sandinista comenzó a construir pasos a desnivel, carreteras nuevas por todo el país y los servicios de luz y agua llegaron hasta los más recónditos parajes de la nación, la oposición entro en estado de shock y comenzaron a intensificar sus acusaciones de dictador.
Durante los 17 años de la ridícula “economía social de mercado”, los 3 gobiernos títeres de Estados Unidos, no construyeron un solo hospital.Viajar a Matagalpa y Jinotega era como recorrer una carretera que parecía haber sufrido un bombardeo aéreo.
Pero en honor a la verdad, si construyeron 2 modernas correteras: la que hizo Alemán de Managua a El Crucero donde tenia su finca El Chile y la que construyó Bolaños de Managua a Masaya, pasando por su mansión ubicada en El Raizón, cerca de Piedra Quemada, frente al volcán Santiago.
La oposición antisandinista, desesperada, fanática y golpista, (el golpismo lo llevan en su ADN, como la naturaleza depredadora de un león africano), ya no aguantó más y recurrió al golpe de estado de Abril de 2018, para lo cual se prepararon por unos 5 años.
Lo que más les ardió, no fue el convenio petrolero con Venezuela, y sus enormes ventajas crediticias, que le permitieron a ALBANISA amasar un capital de entre 400 y 600 millones de dólares, tampoco les ofendieron las modernas carreteras y los pasos a desnivel, que rivalizan con las del primer mundo capitalista desarrollado.
Lo que los hizo saltar como micas mal tiradas, fueron 2 cosas: primero, el “populismo” gubernamental mediante el cual, los pobres podían acceder a la educación y la salud gratuitas o con facilidades que no tenían antes, el subsidio a la electricidad, el subsidio al transporte y los programas sociales en el campo y la ciudad, que coadyuvaban a la dignificación de la clase obrera.
El otro factor fue el crecimiento de la economía que colocaba a Nicaragua como el país que más rápidamente estaba creciendo en todo Centroamérica y la forma sostenida del mismo. Durante 8 años seguidos entre 2010 hasta el 2017, el Producto Interno Bruto, PIB, de Nicaragua creció a razón de 5,2%.
No era posible permitir que la calidad de vida de los sectores humildes continuara creciendo. No era posible que el campesinado gozara no solo de asistencia técnica y préstamos accesibles, sino que también recibían semillas mejoradas totalmente gratis. La soberanía alimentaria seria un poderoso pilar que sostendría la economía del gallo pinto (arroz, frijoles, maíz, directo del campo a los mercados de Managua).
Los sectores opulentos, explotadores, chupasangre de los pobres vieron con horror, como Nicaragua crecía masrápido que Costa Rica, aunque obviamente el PIB de Costa Rica es muchísimo mas grande que el de Nicaragua, pero la economía “Orteguista” no tardaría muchos años en alcanzarla.
La consolidación de un formidable poder popular, el crecimiento económico, sólido y sostenido de la economía y la sociedad en casi todos los aspectos, no auguraba nada bueno a las paralelas históricas, libero conservadoras, también conocidas con el alias de “timbucos y calandracas”, porque veían que les esperaba el basurero de la historia.
Era por lo tanto “justo y necesario” hacer algo dramático que alterara profunda y totalmente, el curso de los acontecimientos. La economía “Orteguista” venia subiendo arrolladoramente más rápido que la leche hirviendo. Urgía parar a Ortega, o de lo contrario, estaban condenados a irse al exilio en Miami, como los cubanos batistianos.
Así nació el ignominioso, maldito y cruel golpe de estado de 2018 que, aunque fracasó, si logró frenar el crecimiento de la economía, pero lo más grave fue que lanzó al hambre y la miseria a millones de inocentes pobladores nicaragüenses. Había que frenar el pavoroso ascenso de Ortega, sin importar el sufrimiento del pueblo, ya que, para la democracia golpista, el pueblo es lo que menos importa.
En un país de solo 6,4 millones de habitantes, con una población económicamente activa con un empleo y subempleo de 3,5 millones de personas y un PIB per cápita de 2,161 dólares en 2017, perder en cuestión de semanas, 500 mil empleos formales e informales, constituía un gravísimo golpe mortal para la economía de los hogares menos favorecidos.
Así como entre 2010 y 2017, Nicaragua experimentó el mayor crecimiento económico sostenido a un promedio de 5,2% anual, durante 8 años continuos, fenómeno que no ocurría desde 1979, de igual manera, después del fracasado golpe de 2018, se produjo una estampida migratoria de nicaragüenses, jamás vista en los últimos 40 años en Nicaragua.
Los ciudadanos salieron huyendo del hambre y la pobreza resultado de una apodada “autoconvocada” insurrección popular, pagada por el multimillonario húngaro estadounidense George Soros y la USAID en una Nicaragua que “ya no volverá a ser la misma” según decía la propaganda mercenaria.
¿Que tenía que ganar el Frente Sandinista de Liberación Nacional pegándole fuego a las selvas de la reserva Indio Maíz o incendiando buses, saqueando supermercados, quemando alcaldías o destruyendo palas mecánicas o camiones de volquete para la basura de los municipios?
¿Porque tenía el FSLN que matar gente supuestamente desarmada y cortar carreteras, incendiando buses, saqueando supermercados, haciendo tranques o levantando barricadas para paralizar la economía nacional? Eso nos lleva a preguntarnos, ¿entonces quien provoco semejante destrucción que solo hambre, pobreza, desempleo y muerte trajo a la sociedad nicaragüense?
La respuesta es mas que obvia. No se necesita ser un graduado de la Escuela de Gobierno John F. Kennedy (John F. Kennedy School of Government), como se conoce a la facultad de Ciencias Políticas de la universidad de Harvard, para concluir que quienes sembraron el terror, la muerte, el hambre y la pobreza en Nicaragua, fueron los “autoconvocados” que querían implantar la democracia capitalista a “producto de gallina”.
Viendo, y solo viendo así el panorama en su contexto global y no al calor de la altamente falsa y tóxica propaganda mercenaria de los golpistas, es que puede entenderse la poderosa ofensiva justiciera, emprendida por el gobierno del presidente Daniel Ortega contra el principal grupo culpable de la tragedia del pueblo: la Iglesia Católica, Apostólica y Romana.
Aunque la cabeza de la serpiente golpista era la Religión Romana, la Gran Ramera de Apocalipsis 17, también había centenares de ONGs golpistas y una gran cantidad de universidades privadas que no solo lavaban dinero y servían de canales para distribuir las migajas de chancheros a pandilleros tranqueros de los barrios pobres, sino que eran agentes activos de la mayor desgracia infligida contra el pueblo nicaragüense desde 1979.
El gobierno del presidente Daniel Ortega, tenía y tiene, el imperativo moral y categórico de hacerle justicia a un pueblo humilde, cuyo único pecado ha sido querer trabajar y darles una vida decente a sus hijos. Después del golpe de 2018, los padres de familia oían a sus hijos e hijas llorar, “papito tengo hambre” mientras los gamonales de la dinastía Chamorro disfrutaban de la agonía del pueblo.
El pueblo de Nicaragua no padece de “masoquismocolectivo” y no permitirá que esta desgracia cancerígena del neosomocismo Chamorristavuelva al poder y más bien los ha lanzado ya al basurero de la historia ubicado en Miami, el estercolero político de Estados Unidos.
La oposición apátrida, golpista y tarifada, se encuentra en un callejón sin salida. Se parece a un tigre enjaulado que da vueltas y vueltas, buscando la salida, pero tal salida no existe. Por un tiempo creyeron que habían vencido al comandante Ortega y que la presión de la “comunidad internacional” (léase Estados Unidos y sus estados fallidos capitalistas) había obligado al presidente a soltarlos y mandárselos a sus amos imperialistas.
Sorprendentemente, los mercenarios, apátridas, desterrados, fueron condenados por el presidente Ortega (sin la posibilidad de volver a Nicaragua) a tener que trabajar por primera vez en sus miserables vidas y no ser parásitos de los contribuyentes de Estados Unidos (sentencia que impuso Daniel con ayuda de los gringos, que mandaron un avión “chárter” a llevarse a sus muchachos).
Ya están en Estados Unidos, salvo algunas excepciones, andan trabajando de albañiles, destaqueando inodoros, trabajando de jardineros, de niñeras las mujeres, o bañando ancianos. Otros no soportaron el castigo de tener que trabajar y salieron del paraíso terrenal y huyeron a España, Colombia, Chile, Argentina, México y otras latitudes. Son y serán, hasta la consumación de los siglos, los condenados por la historia.
[Carlos Alberto EscorciaPolanco es analista político nicaragüense, afincado en la ciudad de Los Ángeles, California. Fue secretario nacional de la denominación evangélica Asambleas de Dios en la década de los 80s.
Escorcia fue expulsado de las Asambleas de Dios y encarcelado por Sandinista. Se vió obligado a auto exiliarse en Estados Unidos por el constante acoso policial, instigado en su contra por Saturnino Cerrato Hodgson, por sus simpatías Sandinistas.
Escorcia ha sido contribuyente ocasional de la página editorial del diario La Opinión de Los Ángeles, el diario en español de mayor circulación en todos los Estados Unidos.
También ha sido comentarista invitado de la emisora comunitaria KPFK de Hollywood, California, la emisora en FM de mayor potencia en toda la costa oeste de los Estados Unidos, al oeste del rio Mississippi. Escorciatrabajó por 25 años como intérprete bilingüe para el Tribunal Superior de Los Ángeles.
Actualmente se encuentra jubilado, con planes de retornar a Nicaragua e impartir seminarios de formación política-ideológica a la juventud nicaragüense].