El invierno en Nicaragua inicia en mayo, mes de la fertilidad y temporada de inicio de siembra de los principales alimentos agropecuarios y frutas como la piña o pitahaya, que forman parte de la canasta de exportación de los llamados productos no tradicionales con gran demanda en mercados internacionales.
A finales de abril e inicios de mayo, don Cristóbal Ruiz Potosme del sector Los Chilamates en Ticuantepe, empieza a preparar sus parcelas para la siembra de piña, no necesita conocer el pronóstico del tiempo para calcular cuándo caerán las primeras lluvias, por su experiencia y conocimientos que heredó de sus abuelos y padre, sabe los días en que debe colocar las semillas para después ver germinar de la tierra el sagrado alimento, en este caso la piña de la variedad hawaiana.
Desde su finca El Mirador, don Cristóbal se dedica a la producción de piña, pitahaya, limones, aguacate, jocotes y hasta una amplia variedad de plantas medicinales. En todo el año este productor de 65 años está cosechando las bendiciones que nos da la Madre Naturaleza; sin embargo, en el invierno es donde genera mayor producción para luego comercializar en los mercados de Masaya, Carazo, Managua y los excedentes los vende a una empresa exportadora de piña y pitahaya, que luego los ofrece a mercados internacionales.
De la producción de sus parcelas saca el sustento para su familia, la mayoría de su producción se queda en las comunidades de los departamentos antes mencionados, pero también se muestra orgulloso que el producto que genera sus largos días bajo el sol o la lluvia, puedan venderse para lograr divisas internacionales para el crecimiento económico del país.
“La piña está en la etapa que estamos carbureando (recibiendo el abono) para que luego se produzca la fruta, la primera etapa es cuando preparamos la tierra, la segunda cuando sembramos y ahorita podríamos decir que es la etapa tres que es cuando podemos saber qué cantidad de frutas vamos a cosechar”, explicó don Cristóbal.
Para esta temporada de siembra de primera, este agricultor calcula tener una producción de 25 mil unidades de piña, la cual se estarían cosechando entre agosto y septiembre. Detalló que todo el año pasa sembrando piña, pero es entre el junio y septiembre en donde obtiene mayor rendimiento de sus cosechas.
“El invierno va bueno, va cosechero, no va tan violento (copioso de lluvia), va lloviendo de manera pausada y eso es importante porque le da a la plantación un espacio para recibir sol, porque ella necesita agua y sol para poder desarrollarse, igual la fruta necesita agua y sol”, explicó Cristóbal.
“Para lograr más frutos le ponemos el carburo y de esa manera obtenemos las frutas, para lograr cosechar tenemos que esperar 4 meses para sacarla al mercado. Aquí los mercados que abastecemos son Managua, Masaya, Carazo. En Managua vendemos en el Mercado Oriental y en el Mercado Mayoreo, incluso hemos tenido pedidos hasta en Chinandega”, refiere Cristóbal.
A escasos 5 kilómetros de la comunidad Los Chilamates, se encuentra la comarca San José de Los Ríos, aquí reside el agricultor Eduardo Julio Rivas López. Lo encontramos trabajando en la limpieza de maleza de sus plantas de pitahaya y, al igual que Cristóbal, también siembra piña.
“En mis seis manzanas sembramos de todo: pitahaya, maíz, frijoles, piña, limones. Gracias a Dios este invierno está entrando bien, esto nos ayuda establecer los nuevos piñales, ya hemos tenido una primera cosecha, pero de ahí sacamos los nuevos hijos para seguir multiplicando la reproducción de piña y con la lluvia lo que esperamos es la floración como agua de mayo”, refiere Eduardo.
Créditos accesibles para producir más y mejor
En el caso de la pitahaya, en la parcela de Eduardo las lluvias de mayo dieron frutos, pues ya vendieron la primera cosecha que se cotiza a un buen precio.
“Cada vez que cae un riendazo de agua, tenemos el fruto y luego en otros quince días viene otro palo de agua e induce a la floración, en todo el invierno pasa produciendo pitahaya la planta. Aquí sembramos las variedades La Chorejona, la Rosa, La Chocoya, La Lisa, todas revientan casi a la misma vez y todo es que le caiga agua y obtenemos los frutos”, expresó Eduardo, que en cada proceso de siembra y cosecha es ayudado por sus dos hijos de 14 y 16 años.
Cuenta que gracias a ese esfuerzo familiar, su parcela le genera el sustento diario, ahorra para siembras futuras y para la educación de sus hijos.
“De aquí sacamos el sustento de mi familia, el mantenimiento y cuido de mi siembra y la educación de los chavalos, de aquí sale todo. Nuestra producción la damos a precios favorables y cuando hay es bastante grande, tengo que sacarla a los mercados. Nuestra expectativa con el invierno es buena para mí, estamos alegres porque ya empezó a llover, estamos en una zona muy fresca”, agregó Eduardo.
Cristóbal y Eduardo coinciden que sus niveles de producción han mejorado por diversos factores, hoy en día tienen mejores conocimientos científicos para ver incrementada su cosecha, los bioinsumos los producen en sus propias fincas lo que les ayuda a ahorrar recursos económicos y cada vez que requieren un financiamiento cuentan con el programa “Adelante” que les ofrece créditos con intereses bajos.
“En algunas ocasiones cuando necesito un poco de recursos vamos y recibimos, por lo menos yo le he solicitado al programa Adelante, no lo hago todo el tiempo, pero cuando lo he necesitado ahí tengo el apoyo y si es capacitación técnica la he recibido por parte del INTA, sobre todo con el tema de la producción de pitahaya. Tenemos el respaldo del gobierno y eso es muy importante para los productores, sabemos que reconocen nuestro esfuerzo y lo que importancia del campo, en dependencia del apoyo así producimos, porque si estamos escasos de recursos recurrimos al gobierno y ellos nos apoyan de esa manera”, dijo don Cristóbal.
Eduardo habla que el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria les asiste al proporcionarles granos certificados y las variedades de piña y pitahaya que siembra en sus seis manzanas.
En días recientes, el Sistema Nacional de Producción, Consumo y Comercio, a través del presidente del Banco Central de Nicaragua, compañero Ovidio Reyes, presentó a la Asamblea Nacional, las metas productivas del Ciclo Agrícola 2025-2026, en las que se proyectan las metas de frutas como la piña.
Entre enero y mayo del 2025, la producción piña ha sido de 6.1 millones de unidades, cosechadas principalmente en zonas productivas de Masaya, Managua y Costa Caribe Sur.