Inició una de las más grandes tradiciones del pueblo nicaragüense, el rezo del novenario a la Inmaculada Concepción de María, una festividad que año con año reúne a las familias, quienes con devoción alzan sus plegarias a la madre santísima; muchos lo hacen por devoción y otros por milagros concedidos, siendo el común denominador en esta tradición la fe y el respeto.
Durante un recorrido por el barrio Monseñor Lezcano, nos encontramos con la familia Centeno, quienes por muchos años han venido dándole continuidad a una tradición iniciada por los abuelos, quienes con amor han inculcado el respeto y admiración hacia la Concepción de María.
“Rezarle a la virgen es una tradición que nos une como familia; agradecemos a la virgen por la salud y por todos esos milagros que nos ha concedido. Nosotros celebramos la Purísima desde hace cinco años; todo el año nos preparamos para esta celebración, cada uno da su aporte y en todo el año vamos ahorrando para comprar el brindis que le damos a las familias que nos acompañan durante la novena y el propio día de la Gritería”, destacó Noelia Centeno.
Los vecinos también se llenan de gozo al ser parte de esta celebración mariana que se convierte en un espacio de unión y de fe, siendo el barrio Monseñor Lezcano uno de los más alegres y populosos en esta celebración.
“Es una fiesta que la vivimos con mucho fervor; desde pequeños nos han enseñado a amar a la virgen. Para nosotros es muy significativo este momento y, como familia católica, es un orgullo mantener viva nuestra fe y esta celebración. En este barrio, Monseñor Lezcano, somos muchas las familias que mantenemos viva la festividad de la Gritería y es para nosotros una fiesta nacional porque todas las familias nos desbordamos para cantar y gritarle a la virgencita”, enfatizó Liseth López.













