El sol volvió a brillar hoy sobre El Cairo después de más de dos días con sus noches de estar velado por un manto ocre provocado por una tormenta de arena que dejó siete muertos y 21 heridos.

La mayor parte de las víctimas fatales fueron causadas por accidentes de tránsito por la pobre visibilidad, unos 150 metros, y obligó a cerrar a los dos principales aeropuertos internacionales, los de esta capital y Alejandría, norte, así como el cierre de puertos marítimos.

Para salir a las calles durante ese lapso fue preciso ponerse una mascarilla que protegiera la boca y la nariz para evitar encontrarse masticando la ola de arena fina venida del desierto que invadió todo y penetró en las casas aunque estuvieran cerradas a cal y canto.

Una tenue capa de polvo cubrió palacios y cabañas y explica en cierta medida el color que predomina en esta capital, al igual que las quejas de las amas de casa que se las ven y se las desean para mantener la higiene doméstica.

Para hoy los especialistas de la Oficina Meteorológica pronostican una mejoría del tiempo, aunque seguirán soplando los vientos, sobre todo en el norte, y las temperaturas serán frías, tras varios días de engañosa primavera que permitieron descansar de los abrigos.

El fenómeno sorprendió a los egipcios y a las poblaciones de países del Levante,pero es sólo un anuncio dela vicisitud por venir, el Jamsin (cincuenta, árabe), la temporada de tormentas de arena a fines de marzo, Inch Alá (si Alá quiere), al decir de los locutores de radio y televisión.

Comparte
Síguenos