Dirigentes de movimientos sociales brasileños recelaron de la prisión preventiva dictada hoy contra el diputado destituido y extitular de la Cámara baja Eduardo Cunha por el juez federal Sergio Moro, encargado de la operación anticorrupción Lava Jato.
El encarcelamiento de Cunha puede ser una jugada de Moro para crear ambiente y ordenar una prisión arbitraria del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, advirtió a través de las redes sociales el coordinador del Movimiento de los Trabajadores Sin Techo (MTST), Guilherme Boulos.
La evaluación fue compartida también por el secretario nacional de Movimientos Sociales del Partido Comunista de Brasil (PCdoB), André Tokarski, para quien el encierro de Cunha en Curitiba solo es parte de 'un juego de cartas marcadas dirigido por el juez Sergio Moro'.
En declaraciones difundidas por el portal Vermelho, de esa organización política, Tokarski advirtió que el objetivo de la detención del ex líder parlamentario es 'higienizar' el golpe (jurídico-parlamentario dado por el Congreso a la presidenta constitucional Dilma Rousseff) y aparentar imparcialidad en la operación.
Cunha, que fue el héroe de los golpistas, ahora está sin mandato, desmoralizado y solo. Su próximo papel en el teatro del golpe es figurar como villano y crear las condiciones para que Moro continúe su ofensiva contra Lula, el Partido de los Trabajadores y la izquierda, avisó.
Una opinión coincidente manifestó el periodista Renato Rovai para quien después de determinar la prisión preventiva de Cunha, el juez federal de Curitiba ya tiene pretexto para mandar a detener a Lula, reseñó el diario digital Brasil 247.
A partir de ahora, el hombre de negro podrá decir que no actúa de forma selectiva, dijo Rovai y agregó -después de citar las más recientes encuestas de intención de voto para las próximas elecciones presidenciales- que 'no hay nada más urgente para las élites internacionales y nacionales que sacar a Lula de la disputa del 2018'.
De otro lado, el abogado y profesor de Derecho Pedro Serrano, criticó la fuerte tendencia que existe, no solo en el ámbito de la operación Lava Jato sino en la jurisprudencia penal brasileña, a la banalización de la prisión preventiva y las prisiones cautelares.
La detención de Cunha no debe ser festejada, sino debe ser vista de forma crítica como un equívoco que lesiona los derechos fundamentales del ciudadano, señaló el académico en un comentario publicado en el portal Vermelho y en el cual remarcó que las prisiones no deben ser hechas de forma 'pedagógica'.
El discurso de los medios según el cual el arresto de Cunha era esperado por la sociedad y constituye una buena demostración de la ausencia de selectividad por parte de la operación Lava Jato es absolutamente imprudente, remarcó.
Cunha es reo en dos procesos ligados al esquema de corrupción de Petrobras y en ambos casos es señalado como receptor de sobornos por un monto superior a los 10 millones de dólares; dineros que se presume fueron a dar a sus cuentas secretas en Suiza, cuya existencia confirmó la justicia de ese país.
Pesan también sobre él cargos por lavado de dinero, desvío de recursos públicos y evasión fiscal, además de ser blanco de por lo menos otras seis investigaciones.