Cuando están a punto de cumplirse dos años del deshielo de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, Washington ha anunciado que se abstendrá en la votación de la ONU que condena el embargo a la isla que se celebra cada año desde 1992. “Hoy, Estados Unidos se va a abstener”, adelantó la embajadora estadounidense ante la ONU, Samantha Power, minutos antes de la votación. Según Power, su Gobierno está en desacuerdo con algunos de los puntos del texto, pero quiere dar un nuevo paso en su acercamiento con La Habana, también en Naciones Unidas.
“La resolución que se vota hoy es un ejemplo perfecto de por qué la política estadounidense de aislar a Cuba no estaba funcionando”, apuntó. “En lugar de aislar a Cuba (...), nuestra política aislaba a Estados Unidos. Incluido justo aquí en Naciones Unidas”, añadió la diplomática.
El canciller cubano, Bruno Rodríguez, consideró que la decisión de EE.UU. es “un paso positivo”, pero lamentó que esa política continúe siendo una realidad. “El voto en abstención anunciado constituye seguramente un paso positivo en el futuro de mejoramiento de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba”, dijo Rodríguez ante la Asamblea General de Naciones Unidas. El jefe de la diplomacia cubana, sin embargo, recordó que “el bloqueo económico comercial y financiero persiste” y “provoca daños al pueblo cubano y obstaculiza el desarrollo económico del país”. “Han sido 24 años (...) de aislamiento y fracaso”, dijo el ministro cubano sobre la postura mantenida hasta ahora por Washington.
Rodríguez exigió una vez más el fin de esa política, pero también apuntó que Obama podría hacer más para suavizarla utilizando sus poderes ejecutivos. “Es necesario por tanto juzgar por los hechos. Lo importante y concreto es el desmontaje del bloqueo, mas que los discursos, las declaraciones de prensa o incluso el voto de una delegación en esta sala”, dijo en ese sentido.