Las torrenciales lágrimas que derramamos aquellos a quienes nos fue robada la paz son el resultado de una Nicaragua abismalmente distinta a la que conocimos antes del 19 de abril.
Por decidir de ser libre y soberano, Nicaragua se enfrenta hoy en día a las técnicas de desestabilización imperiales, cuyo objetivo es derrocar a su gobierno legítimamente y legalmente elegido.