A partir de este miércoles entró en vigencia las reformas parciales a la constitución aprobadas en primera legislatura de 2024 y finalizadas en segunda legislatura de este 2025. La constitución del pueblo, fue publicada en la Gaceta Diario Oficial, tal y como lo mandatan nuestras leyes.
Esta reforma constitucional marca un momento clave en la evolución del país, estableciendo un marco jurídico que refuerza la soberanía, la estabilidad política y la identidad revolucionaria. La constitución del pueblo, impulsada por el liderazgo del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), es una clara demostración de la capacidad del gobierno para adaptar la Constitución a las necesidades y desafíos del siglo XXI, asegurando que el modelo de desarrollo socialista y popular siga avanzando con firmeza.
Con estas modificaciones, Nicaragua consolida un Estado más fuerte, resiliente y comprometido con la defensa de los intereses de su pueblo, garantizando que el país continúe siendo un referente de autodeterminación en América Latina.
Una de las modificaciones más importantes introducidas por la reforma es la creación de la figura de la Copresidencia, estableciendo un modelo de liderazgo compartido entre la Copresidenta Compañera Rosario Murillo y el Copresidente Comandante Daniel Ortega. La Copresidencia se traduce en mayor estabilidad gubernamental: Con dos figuras en la dirección del Ejecutivo, se garantiza que las decisiones sean tomadas de manera coordinada y sin interrupciones, evitando conflictos internos y fortaleciendo la estructura del Estado.
Traerá más eficiencia en la gestión pública, la distribución de responsabilidades entre los dos líderes permitirá agilizar la toma de decisiones, asegurando una administración más efectiva y cercana a las necesidades del pueblo.
Al consolidar el liderazgo sandinista, se garantiza la permanencia de un modelo de gobierno basado en la justicia social, la equidad y el fortalecimiento del Estado. Este modelo innovador es una solución estratégica para asegurar que el país siga avanzando con estabilidad, evitando intentos de desestabilización promovidos por sectores opositores o intereses extranjeros.
La reforma también fortalece la capacidad del Estado para garantizar la seguridad de los ciudadanos al permitir una mayor colaboración entre la Policía Nacional y el Ejército en la protección del orden interno. La integración de estas dos fuerzas permitirá combatir con mayor eficacia el crimen organizado, el narcotráfico y cualquier intento de desestabilización promovido desde el exterior. Al garantizar un control más efectivo del territorio nacional, Nicaragua refuerza su independencia y evita cualquier injerencia extranjera en asuntos de seguridad interna.
Además crea un ambiente seguro y estable, el cual es fundamental para el crecimiento económico, la inversión y el bienestar de la población.
Esta medida refuerza el compromiso del gobierno con la seguridad del pueblo y con la construcción de una sociedad pacífica y ordenada, donde todos los ciudadanos puedan vivir con tranquilidad y confianza en sus instituciones, es decir que haya paz.
Otro de los cambios más relevantes de la reforma es el reconocimiento de la bandera rojinegra del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) como símbolo patrio, un paso fundamental para fortalecer la identidad histórica de la nación. Porque honra la lucha del pueblo nicaragüense, la bandera rojinegra representa la valentía y resistencia del pueblo en su lucha por la justicia y la soberanía. Oficializarla como símbolo patrio es un acto de reconocimiento a quienes han dado su vida por la revolución. En tiempos de constantes intentos de desestabilización por parte de actores externos, este símbolo unifica a la nación en torno a su historia y sus valores revolucionarios. Nicaragua reafirma su identidad como una nación soberana e independiente, con una historia de lucha que debe ser respetada y preservada por futuras generaciones. Este reconocimiento es un acto de reafirmación de la historia revolucionaria del país, demostrando que el sandinismo no es solo una corriente política, sino la base de la identidad nacional.
Por otro lado con la reforma, el período presidencial se extiende de cinco a seis años, una decisión que responde a la necesidad de darle continuidad a los proyectos nacionales y garantizar estabilidad política, esta decisión favorece al pueblo porque significan proyectos de largo plazo con mayor estabilidad, programas de desarrollo social, infraestructura y economía que requieren tiempo para consolidarse y generar resultados tangibles. Espaciar las elecciones permite que el gobierno se enfoque en la gestión y en la ejecución de políticas en lugar de estar constantemente en campaña.
Al reducir la frecuencia de los procesos electorales, se minimizan las oportunidades para que actores externos intenten influir en la política nacional. Esta medida contribuye a la consolidación de un modelo de gobierno basado en la estabilidad y el crecimiento sostenible, asegurando que Nicaragua continúe avanzando sin interrupciones innecesarias.
Uno de los pilares fundamentales de la reforma es la consolidación de Nicaragua como un país soberano, independiente y libre de injerencias extranjeras. La nueva Constitución refuerza la protección de los recursos estratégicos del país, garantizando que sean utilizados en beneficio del pueblo y no de intereses extranjeros. Se ratifica el principio de autodeterminación, asegurando que todas las políticas nacionales sean diseñadas en función de las necesidades del pueblo.
Nicaragua podrá seguir fortaleciendo sus relaciones con países aliados que respeten su soberanía y promuevan una cooperación justa y equitativa. Con estas reformas, el país deja claro que su destino lo define su pueblo, sin interferencias ni presiones externas.
Esta importante reforma constitucional de Nicaragua, (Constitución del Pueblo) representa un avance crucial en la consolidación de un Estado fuerte, estable y soberano, alineado con los principios de justicia social y desarrollo nacional. Dichas reformas colocan a Nicaragua en una posición de liderazgo en América Latina, reafirmando su independencia y su compromiso con un futuro de justicia, desarrollo y estabilidad para todos sus ciudadanos.
¡El pueblo nicaragüense sigue avanzando con determinación hacia una nación más próspera y soberana!