La compañera Gladys Báez, durante una entrevista brindada a la Revista En Vivo de Canal 4 en el año 2019, en conmemoración del Día Internacional de la Mujer, compartió sus anécdotas e historia de cómo se unió a las filas del Frente Sandinista de Liberación Nacional, además de sus vivencias en casas de seguridad y experiencias de cuando estaba inmersa en la montaña junto a los fundadores del FSLN. 

Asimismo, explica cómo se vivieron los días antes de la Gesta Heroica de Pancasán, el 27 de agosto de 1967, cuando una columna guerrillera del Frente Sandinista de Liberación Nacional, liderada por el Comandante Silvio Mayorga, fue emboscada por la Guardia Nacional.

A continuación, palabras de la combatiente guerrillera Gladys Báez: 

"En primer lugar, quiero decirte que hablar de uno es lo más difícil para comenzar. Si acepté esta entrevista es porque pienso que las nuevas generaciones tienen que conocer lo que cuesta la lucha y que uno tiene la obligación de transmitirlo aunque no quiera. Yo comencé mi vida política en el sindicato de oficios varios en Juigalpa, Chontales, vinculado al Partido Socialista Nicaragüense. Posteriormente, en 1963 se da el Congreso Mundial de Mujeres y el partido me manda a ese congreso a representar a la mujer nicaragüense", recordó. 

Agregó que "por supuesto que llegué tarde al congreso, me integré, pero los estudiantes nicaragüenses estaban pendientes de quién llegaba por Nicaragua y resulta que en cuanto tuvimos la primera oportunidad, se me acercaron y me preguntaron: ¿vos sos de Nicaragua? ¿Vos sos nicaragüense? -Sí. Pero a vos no te conocemos, porque yo era una soberana desconocida. Entonces, resulta que Óscar Turcios no llegó en el bloque, llegó en la noche al hotel y entonces todas las noches dicen que Óscar no tenía paciencia, pero conmigo tuvo una enorme y soberana paciencia, seguramente porque no quería que en la entrevista yo metiera la pata, verdad y que hiciera quedar mal a Nicaragua". 

"Y comenzó a hablarme de las diferentes luchas y de la lucha del Frente Sandinista. Entonces el resultado que yo tenía era una versión diferente a lo que era el Frente Sandinista, pero como era una cosa nueva, más amplia, pues comencé a poner la atención y a oírle y a contradecir las loqueras mías también. Y entonces, es así como me fui acostumbrando a que cuando llegó un momento en que él no apareció, ya me hacía falta, pues porque ya tenía yo mi listita de las cosas que le iba a preguntar, porque prácticamente mi mayor escuela ha sido la vivencia y la conversación con los que más saben. Y es así como que después del congreso yo no me había salido del partido, pero ya estaba la gente del Frente esperando que yo viniera y es así como continúo en esa situación hasta llegar al momento en que me solicitan que si yo estoy dispuesta, pues, a seguir participando, que yo ya estaba participando y le digo desde cuándo y entonces me dice, sí pero queríamos saber. Entonces, le digo bueno déjenme pensarla primero porque ya cuando regresé no era Óscar, ya era Óscar Danilo Rosales, ya eran otros compañeros y entonces resultado que le digo: bueno, déjenme ir a Juigalpa porque ya me había quedado en Managua, y entonces, para ser la mejor hija y la mejor madre, tenía dos hijos y entonces, efectivamente, me dijeron que sí y eso fue lo que hice, fui y traté hasta lo imposible de hacer eso, que le quedara en la mente a mi mamá de su mejor hija, pues, porque era única hija por parte de madre y a mis hijos, pues, la mejor madre, la más fina, la más amorosa y hablar con ellos lo más que pude", aseguró. 

 
 
 
 
 
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Indicó que "cuando regresé ya me tenían tareas propias y ya me integré a hacer las tareas que me señalaba la integración al Frente Sandinista". 

La combatiente Gladys mencionó que en esa época eran pocas mujeres las que estaban integradas a la lucha, "pero además no nos encontrábamos casi, porque una por un lado y otra por otro lado, pero cada quien haciendo lo suyo de la mejor manera posible". 

"Hay una cuestión fundamental que cuando los hombres te ayudan, aunque no es que te ayuden, no es que te regalen, pues, no te están regalando nada, pero eso es fundamental porque te abren las puertas y vos después te desempeñás y tuve la dicha de conocer a una enorme cantidad de compañeros valiosísimos en el Frente Sandinista, que me ayudaron muchísimo para yo poder mantenerme en las filas", resaltó. 

 
 
 
 
 
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Comentó que le correspondió estar en diferentes casas de seguridad junto a otros compañeros, "y también en casas de colaboradores históricos que son valiosísimos porque ellos también sacrificaban lo mejor que tenían, que era su familia, su vida, por mantenerlo a uno también". 

"En cada casa de seguridad se convertía en una escuela, porque hacías lo mismo que hacían los compañeros y además de eso los círculos de estudio, la crítica y la autocrítica, era cuestión seria pero además de eso, la formación que se va uno haciendo en cada en cada momento y la guerrilla, nosotros, digo, las diferentes compañeras habían subido a la montaña a dejar cosas como correo, hacer diferentes tareas, pero cuando se toma la decisión verdad por supuesto que no la tomé yo, de que yo fuera a quedarme consideraban de que en ese en ese momento ya las condiciones de seguridad para mí eran críticas y que prácticamente se pensaba de que si yo me quedaba en la ciudad pues iba a perecer pudiendo haber hecho algo más en otro lugar", contó.

"Y es así como se decide pues que yo vaya a la montaña, allí prácticamente es una cuestión increíble lo que a mí me pasó, porque cuando voy subiendo yo llevo el informe de la ciudad lo llevo simulando una panza, yo soy una mujer panzona pero en el jeep llevábamos tiros, llevábamos armas llevábamos de todo y cuando vamos saliendo hay una enorme fila porque están registrando la guardia y entonces, resultado que me dice el compañero que va conmigo, ah bueno, dos cosas; la primera cosa fue que yo salgo de una casa de seguridad donde está Selim Shible, que teníamos rato de estar allí, cocinaba riquísimo Selim no le gustaba que yo cocinara porque me decía que si yo cocinaba un arroz lo iba a poner en bote para que tallara, entonces prefería cocinar él y además siempre estaba dispuesto a compartir, a ayudar, a hacerme partícipe, es decir, no era la compañera que estaba allí por por ir a abrir la puerta, sino más bien era la compañera integrada y así me sentía, así me sentía feliz", manifestó.

 
 
 
 
 
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Añadió que "entonces yo había dejado unos botines en la casa, cuando cuando salí de la casa, al rato que salimos de la casa, ya íbamos para la Carretera Norte y un carro nos viene siguiendo. ¡Ah la puchica! ¿Y ese carro que nos viene siguiendo? Pero de repente el compañero que era Efraín Sánchez dice ese carro yo lo conozco, déjame ver, dice,. le voy a dar una vuelta aquí. Si él da la vuelta, dice, ese carro es nuestro y efectivamente, entonces era Selim que nos iba siguiendo para entregarme las botitas". 

"Entonces, estando en esa fila, el otro ya se había regresado, estamos nosotros allí y entonces me dice y ahora qué hacemos. Le digo mirá juguemos al todo por el todo. Yo me voy a bajar como mujer panzona y le voy a pedir al guardia que venga a registrar y eso es lo que hicimos, me bajé tranquilamente, le dije al guardia, lo encontré ahí nomasito y le digo mire, yo ando bien mal señor, no ve que estoy panzona con ganas de vomitar y con esa enorme fila, ¿a qué hora pasamos? Vaya, regístrenos y ya sale de nosotros y entonces dio la orden de que pasáramos y nos fuimos. Son cosas así que tenés que jugártela y efectivamente nos fuimos". 

"Por San Benito, más para allá nos encontramos con otra situación el dichoso jeep se estaba quemando y entonces a esa hora a bajarnos en una gasolinera, echarle agua no sé cuánto y yo con con con una revista ahí buscando cómo que no me vieran mucho la cara y resolvimos ahí y salimos adelante pasamos por Matagalpa y ya cuando íbamos adelante de Matagalpa ya nos encontramos con que en un lugar en la primera parada y dentro un compañero, en otro lugar, otra parada y otro compañero y entonces resulta que cuando ya íbamos subiendo de repente el jeep va para atrás, iba para atrás y entonces qué pasó metele no sé qué cosa, no tiene, hacele tal cosa no tiene y entonces resulta y esta mierda qué es lo que tiene y el jeep se va al guindo, se va al guindo y había un enorme árbol que allí fue a quedar balanceado con las cuatro llantas para arriba y claro, las cosas que llevaba a medida que iba dando vuelta nos iba cayendo, iba buscando cómo cayeran a los lados y ahí la serenidad y la audacia y todo el don que tiene Daniel lo puso a prueba". 

 
 
 
 
 
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"Le dice bueno hacete para este lado y saquen las cosas para el otro lado, hacé esto y hagan lo otro y así fuimos sacando todo. El Comandante Ortega, yo no sabía quién era, pues, pero sí, después me di cuenta de que era él y entonces, cuando ya habíamos sacado todo y salimos todos, entonces un compañero que le decíamos chico chiquito salió con unas enormes heridas en el brazo. Los vidrios del jeep me habían quedado adentro, pero yo no me apretaba para que no se me metieran. Eulalio, que ustedes deben saber quién es Eulalio, ese tenía un enorme hoyo en la pierna. Pero bueno, cuando ya evacuamos todo, entonces dio la orden de que tiraran el jeep al guindo y nos fuimos y uno de los campesinos que iba con nosotros ya nos guió por otro lado". 

"Ya cuando íbamos subiendo, de repente viene las luces de un vehículo y nos volvemos a tirar al suelo que no nos vieran y y pasó entonces nos nos llevó el campesino a una casa y ahí logramos poner a curar a los heridos y entonces yo de muy fuerte les digo bueno, yo me apunto a curar y con jabón del pai, que son los que usan los campesinos con jabón del pai lavándolos y después con criolina caliente chuponeado y eso les ayuda a los heridos, allí mandábamos a averiguar qué es lo que decía la Guardia y la Guardia lo que decía que donde había caído el jeep ni los zopilotes daban cuenta se había gente y por un cosas que habían encontrado, ahí encontraron mis famosas botitas y unos mecates, entonces dijeron que seguramente eran cuatreros, menos mal, entonces ya no se les ocurrió seguir husmeando por el sector, eso nos hizo que chico chiquito y Daniel se regresaran para Managua yo me voy con mi panza con Eulalio a meterme al monte, el otro compañero, el compañero ese nos llevó a otro lado al monte y ahí apunta de quemarlo y de quemarlo con criolina fue curándose el hombre".

"Y cuando ya íbamos buscando a la gente, entonces de repente vamos nosotros en una trocha y vemos de largo que viene una gente con guardias y entonces dice uno de los campesinos tirémonos al monte. No le dice Eulalio, si ya los vimos, ya nos vieron, vámonos que no nos encuentre, había un crique, me volví a la montaña otra vez. Entonces ahí en el crique, le dice, nos vamos a encontrar. Yo me metí los dedos y comencé a vomitar. Los presos estos eran conocidos, los compañeros. Pero ellos hicieron de señas que no iban a hablar y él se fue a decirle mire, señor le dice la dichosa mujer se está muriendo le dice porque no aguanta esa panza y las cosas que andaba las habían dejado en el monte, entonces se fueron con los presos y nos fuimos nosotros". 

 
 
 
 
 
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"Así fue que llegamos al primer campamento. Entonces, en el campamento, cuando nosotros llegamos, fue show divertido porque pusieron los fusiles para que nosotros pasáramos en medio, la bienvenida y no sé cuánto y después el cuento de que vos dijiste que no iba a venir, que se iba a quedar en el camino que no sé cuánto, que no iba a servir para nada y era asunto serio, pero una jodarria. En ese momento que llegué no estaba Carlos ni estaba Óscar, porque el Estado Mayor lo componían Óscar, Carlos, Silvio Mayorga y no acuerdo quién y solo estaba Silvio y estaba otro compañero y a eso les tocó darnos la bienvenida, pues, y la jodarria. Pero ya cuando se me subía a mí el Alka-Seltzer y ya iba a contestar de mal modo, entonces comenzaba Silvio a calmar las pasiones y a decirles, a aquellos, a calmarlos y ponerlos en su lugar y a decirme, mirá aquí te vas a tener que acostumbrar porque ni vos estás acostumbrada a estar con tantos diablos ni nosotros estamos acostumbrados a estar con una mujer, pero aquí nos vamos a acostumbrar y luego fue una experiencia maravillosa a pesar de todo, pues de que los calambres, de que esto, todas las dificultades y los sacrificios". 

"Pero el compañerismo, la fraternidad, el querer salir adelante, la fe inclaudicable en el triunfo, increíble, no había uno solo de nosotros que no tuviera una fe inclaudicable en el triunfo, la lealtad, ahí era otro rollo porque el Chico Moreno, era la mascota de la guerrilla es un chavalito y me imagino que hasta antes de llegar yo, entonces él consideraba, no porque lo consideraran así, pero se consideraba así y entonces cuando yo llego como que se siente un poco destronado y para colmo de males en la fila India nos ponen a Chico adelante, yo voy detrás y Silvio Mayorga va detrás y claro Íbamos caminando y cuando había alguna cosa como era la etapa del silencio, entonces esperamos a al otro y le decíamos casi en el oído y así sucesivamente. O sea, que cuando miraba uno, al primero que se paraba era porque algo había". 

"Pero resulta que Chico Moreno se paraba solo para decirme cómo te sentís. Yo bien y vos le decís yo. Entonces, me decía, y a mí qué me importa. Entonces, Silvio era al que le tocaba porque tenía una paciencia de santo; le tocaba calmar los ánimos y enderezar las cosas que fuera en pro de educarnos y en pro de fortalecer la moral de ambos, como del resto de compañeros". 

 
 
 
 
 
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"Ahí me encuentro también que por suerte estaba el doctor Rosales que ahí también lo matan y entonces yo tenía qué clase de parásitos, tenía todas clases de parásito habido y por haber y los problemas claro, suampo abajo y lluvia arriba, cuando andaba con la regla para qué te cuento, entonces tenía también cierta infección y entonces dice el doctor Rosales que que yo tengo que bajar y yo me niego, yo le digo que no, que por qué me voy a bajar, si es que no quieren que yo esté allí que me digan de frente, pero que no me metan ese cuento que después vas a curarte, que después vas a regresar ese cuento no lo acepto, otra cosa que que me decían tenés que aceptar la realidad y no es que no nos estamos deshaciendo de vos, estamos diciendo que no vas para tu casa, pero sucedieron otras cosas, porque tal vez estas cosas es la que más tengo que contar, ver otras cosas que sucedieron, en una ocasión estamos todos ahí y siempre se buscaba dónde hacer el juego para que el humo no nos delatara y entonces resulta que Carlos había puesto una Springfield que andaba a la orilla de un palo y en lo que se va un compañero se desprende el Springfield y me da en esta parte de aquí (frente) y se me hace la gran chichota y yo furiosa, pero no decía nada, él con un cuchillo fue a darme, hasta que me lo desbarató y en otro momento. habían desertado dos campesinos entonces nos llaman a todos que vamos a salir, no nos dicen para qué pero cuando ya estamos listos para salir que formemos fila y ya nos dicen que se fueron dos campesinos y que ante la ida de los campesinos, ellos, la dirección había tomado la decisión de que todo aquel que no aguantara, que todo aquel que creyera que ya había dado lo suficiente, que era la oportunidad que nos iban a permitir salir, nos iban a buscar cómo no nos pasara nada, pero que teníamos esa oportunidad y todos los malditos decían la única que se va es ella y me quedaban viendo y me quedaban viendo y decían la única que se va es ella y yo los queda viendo y entonces de repente pasó la hora, porque no íbamos a estar todo el tiempo, entonces dice el primero tranquilo, no si aquí la única que se iba es ella, yo la miré que levantó el pie, no lo puso al lado porque no era ese su lugar y le digo y entonces le dice, pero el unísono, Silvio y Carlos, no nosotros estamos aquí viendo, todos se iban, no se fueron porque no se fue ella y yo aprovechaba los momentitos y le digo mire compañero, la ida de los campesinos y la oportunidad que ustedes daban yo les pido que hayan más mujeres en la montaña y más mujeres en el Frente Sandinista. Esa es la mejor respuesta del Frente Sandinista y así sucedió. No había punto de lucha y de combate donde no estuvieran las mujeres, y con responsabilidad y con todo".

"La lucha no fue tan fácil, porque lo vemos así tan simple. Por ejemplo, nosotros en los 80 tuvimos que pelear con la cuota para las mujeres, costó que aceptaran, después aceptaron y nos ponían de la mitad para abajo para que no quedaran y cumplían la cuota. Después inventamos la trenza un hombre, una mujer, un hombre, una mujer, y entonces ya vieron que la cosa era más seria y así fue; hemos ido avanzando y avanzando en la medida en que la mujer ha ido participando, en la medida en que la mujer ha hecho conciencia, y en la medida en que los hombres han asimilado esa participación y han logrado destrabarse esa situación, porque si queremos liberar el país no podemos abandonar a más del 50% de la población, no puede ser y en los estatutos del Frente Sandinista, en el Programa Histórico del Frente Sandinista, lo que la Revolución ha estado haciendo es exactamente lo que el programa dejó establecido y en eso tuvimos participación las mujeres también". 

 
 
 
 
 
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"Es decir, el 50% que es por ley, que es obligatorio para todos los partidos, nosotros lo propusimos y ahí están los resultados ahora mismo. Yo creo que el reto fundamental para las mujeres es que sigamos avanzando el país, que sigamos avanzando la familia, que sigamos avanzando la comunidad, porque en esa medida las mujeres también vamos prosperando, para seguir en victorias". 

"Cada compañero que caía, conocido y no conocido que caía en combate, era un dolor terrible, como que era mi mamá y algo que te quiero decir antes de terminar, que todo lo que soy y todo lo que he hecho y lo que tengo por hacer se lo debo a mi mamá, porque a mí me crió mi mamá, me crió con principios, con valores y con responsabilidad y esos principios, esos valores los vine a encontrar en el Frente Sandinista, por eso es que los asumí con mayor responsabilidad", finalizó. 

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