En todo el mundo, en este día, hay meditación y oraciones para pedir que acontecimientos deplorables como el de Hiroshima y Nagasaki, nunca vuelvan a repetirse. Es una invitación permanente para que la Paz siga siendo un objetivo fundamental en la vida de todos los seres humanos.
El ser humano, creado a imagen y semejanza de Dios, desea vivir la paz, vivir en paz, estar en paz, interior y exterior. Porque la paz es la tranquilidad que proviene cuando vivimos el Amor, el verdadero Amor que nos habla Jesús, entendido como solidaridad, amándonos unos a otros, sirviendo por el bien común para todos y por el bien de todos.
Por eso, seguimos y continuaremos insistiendo que: Unidos somos la Alegría de vivir en Paz.
Sí, unidos, porque la unidad hace la fuerza. La unidad nos hace tener objetivos de prosperidad para todos. Unidad en la diversidad y en el consenso. El pueblo unido jamás será vencido. Somos como una ramita de un árbol que si está sola fácilmente puede ser quebrada, pero cuando se unen muchas de esas frágiles ramitas, se hacen fuertes, inquebrantables.
Cuando nos unimos para seguir construyendo, el bien, en esta patria bendecida por Dios, somos un ejército invencible. Un ejército en donde cada uno es un soldado. Pero soldado para combatir la pobreza, para combatir la indiferencia, para combatir el egoísmo, para estar con las armas del trabajo de la solidaridad y de la ternura.
Unidos somos la Alegría de vivir en paz. Y se valora más la paz, cuando se recuerda, como hoy se hace, en los medios de comunicación y las redes sociales, el horror de las guerras, o lo que hoy se recuerda, la tragedia de la destrucción por las bombas atómicas hace 67 años de las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki.
Nuestro pueblo nicaragüense vive en paz, anhela la paz, desea la paz, construye la paz. Nuestra gente vive la alegría en las cosas sencillas, en sus tradiciones, en su manera de compartir.
Agradecemos a Dios, porque Unidos somos la Alegría de vivir en paz. Esto no es un lema, es una opción, una decisión, una toma de conciencia.
Unidos somos La alegría de vivir en paz, en medio de los problemas y las dificultades que surgen cada día, puesto que son parte de la vida. Pero la alegría nos ilumina el camino para seguir el sendero de construir una patria cada día mejor, con pisada firme y decida hacia la conquista de nuevas victorias. Le pedimos a la Santísima virgen maría, la virgen del Trono de la basílica menor de la ciudad de El Viejo, en el departamento de León, que fue consagrada, por su Excelencia monseñor Bosco Vivas, este pasado sábado, que continúe intercediendo por todos nosotros ante su Hijo, Jesucristo, quien es el príncipe de la Paz.