Es muy loable lo que impulsará el Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional a través del Ministerio de Educación, con la participación del maestro Ronald Abud. El proyecto se denomina Cartilla Guía para Talleres del Son Nica.

Pienso que nunca antes el Estado de Nicaragua ha hecho algo semejante y eso va en dirección a conocernos mejor y alimentar nuestra identidad nacional. Como aún está por ejecutarse, y el destacado artista permite sugerencias o correcciones, debo hacer algunas anotaciones que me parecen necesarias.

La propuesta dice:

“1.- El Folklore, como estudio para la perpetuación y divulgación, rescate y enseñanza nos permite verlo como una Ciencia, porque estudia e investiga el quehacer cultural, también es Arte porque recoge la creatividad y expresión del arte danzario y otras manifestaciones (SON NICA)”.

“2.- El trabajo está basado en la tradición oral, con la característica de los SONES que se aprenderán, algunos radican en el anonimato de sus autores y posteriormente se estudiará los sones o bailes típicos, es decir, los que tienen autor conocido o llegó a través de los medios de comunicación (radio, TV)”.

Me detendré en estos dos enunciados. Folklore, como lo precisa el mismo escrito significa: “Folk: gente pueblo, vulgo popular y Lore: conjunto de hechos, costumbres, creencias y Tradiciones, saber popular”.

El punto 2 debe quedar bien definido. Es decir, por Folklore entendemos todo aquello que no tiene un autor conocido. Que es esencia de la cultura de un pueblo y que enriquece su historia: es parte de su identidad nacional.

Es por eso que no toda música, baile, canción, ritmo, aunque suene “folklórico”, no es Folklore, si conocemos que determinada pieza cuenta con un autor conocido.

Pasan a ingresar el repertorio de nuestro Folklore temas compuestos originalmente por artistas que, lamentablemente, con el tiempo solo llegamos a conocer la obra, no así el nombre del que la creó.

También, y hay que dejarlo claro, hay melodías que son de otros países y que hace décadas, probablemente, un excelente marimbero las escuchó quizás sintonizando una estación radial de onda corta, en una vitrola o de la misma voz de un visitante extranjero que la tarareó o la cantó. El artista local quedó encantado y se dispuso a hacer su propia versión o lo que bien llaman los músicos, su “arreglo”. Este podría ser el caso de “El Mate Amargo”.

¿Qué anda haciendo aquí esa hoja si no tiene nada que ver con nuestra botánica ni nuestra cultura? En Nicaragua en ciertas ocasiones, por motivos de salud, tomamos hojas de naranja agria, de salvia, zacate de limón, pero no ingerimos ninguna infusión de mate, como sí lo beben en Argentina, Bolivia, Uruguay, Paraguay.

Es folklore “Son tus perjúmenes mujer” y “La reventazón”, pero es música típica nicaragüense “El Nandaimeño”, Son Nica de Camilo Zapata (25 de septiembre de 1917- 23 de junio 2009) y “Balada Campestre”, de José Antonio Morales Lazo (28 de noviembre 1922- 3 de julio 2014).

El Son Nica no es Folklore

En la propuesta del maestro Abud me preocupa esta afirmación: “El mayor aporte al SON NICA lo dio en voces y cuerdas nuestro laureado compositor, Don Camilo Zapata llamado también el Clarinero Mayor”.

Don Camilo no dio el “mayor aporte”: es el creador del Son Nica. Antes de él nunca existió el Son Nica. No es parte del Folklore. Sí, partió de lo nacional. Por un lado, don Salvador Cardenal creyó que se inspiró en “los sones de marimba que se miden en 6x8”, (“Tambor Olvidado”, Sergio Ramírez, 2007). Pero Carlos Mejía Godoy sostiene: “Hablar de Camilo es hablar de la estructura de la música nacional porque contra la influencia en esa época de la música mejicana, él retomó los parámetros del son vernáculo para imprimirle carta de ciudadanía”. (“Homenaje a CZ”, Pablo Centeno-Gómez, UNAN, 31 de Octubre 1996).

A don Camilo se le llama “Clarinero Mayor” precisamente porque fue el Creador del género. Es el compositor que le dio una expresión propia al cancionero nacional. Ahí abrevaron los grandes artistas de Nicaragua.

Don Víctor Manuel Leiva (25 de junio de 1916-7 de abril de 1995) fue el principal promotor del Son Nica, cuando las radios y las roconolas del país se negaban a incluir los discos pioneros que elevaban a otro nivel al pentagrama nacional, más allá de los sones de toros, de marimba y de los cánticos religiosos. Es uno de los más grandes. Sus composiciones por estar tan pegadas al pueblo, sobre todo durante las fiestas y las temporadas de café, como es el título de una de sus composiciones, a menudo se le confunde con música folklórica e incluso, de sus pegajosos ritmos, y por su arte tan puro, otros se han visto seriamente marcados: “El Toro Huaco”, “Tata Chombo”, “La Chapandonga”, “El Caballo Cimarrón”…

Creo que hay una contradicción cuando se dice: “Otras formas de interpretar el SON NICA es con las canciones TIPICAS o de autor conocido siempre con la medida y aire musical de nuestros sones que suelen ser interpretados con voces y cuerdas”.

Expuesto así el Son Nica lo disolvemos en el Folklore y le negamos su autoría. El Son Nica lo creó Camilo Zapata. Y es, a la vez, el padre de la Música Típica Nicaragüense. Es por eso que no hay “otras formas de interpretar el Son Nica”.

Esto debemos dejarlo establecido para que el estudiantado conozca bien sus raíces. Lo contrario sería continuar difundiendo confusiones que pasan por verdades a fuerza de repetición intergeneracional.

Muy justo es lo que escribe el poeta Centeno-Gómez sobre don Camilo: “…no es de extrañar que el Son Nica, concebido como voluntad de independencia y necesidad de precisar lo propio, haya actuado como un intensificador del sentimiento de pertenencia, de identidad, de continuidad cultural y, desde luego, como la forma más auténtica para cantar las expresiones de la cultura viva (costumbres y valores) asentada en el ambiente de nuestros campos y pueblos” (UNAN-1996).

Son Nícaro

Otro enorme artista es Otto de La Rocha, un poeta de la guitarra, tanto que es el segundo creador de un Son en Nicaragua. Otto ha sido muy humilde y creo que ni le ha puesto nombre a lo que podría llamarse Son Nícaro, si acaso no me lo dijo hace ya algún tiempo. Gracias a Dios ahí lo tenemos y por estar vivo no apreciamos su inmensidad creadora.

El jinotegano con su propio Son nutre intensamente la Música Típica Nicaragüense: “La pelo’e maíz”, “El peón”, “Milagro de amor”, la insuperable “Pinolera”, “Una canción”, “Diluvio de amor”…

Por justicia, hay que reconocer que Otto de La Rocha, Carlos Mejía Godoy y Jorge Isaac Carballo (q.e.p.d.) promovieron la música nicaragüense, y en especial el Son Nica. A ellos les escuché desde los años 70 en sus espacios radiales que Folklore es la música de autor desconocido que canta, baila y danza el pueblo.

Y años después supe que la Marimba no es un instrumento musical “indígena”, sino que es de África, como lo confirmó el folklorista don Bayardo Ortiz. Mientras evolucionó en Chiapas y Guatemala, en Nicaragua conservó su primitiva herencia africana, refuerza Ramírez, y que el maestro Abud bien detalla: “es diatónica, es decir, solo tiene lo que equivale a las teclas blancas del piano, su complementación y ejecución melódica depende de la destreza del marimbero”.

Alguna vez don Camilo dijo que unos músicos, ortodoxos debieron ser, le reclamaron por haber permitido que sus representativas canciones fueran interpretadas por Los Zorzales Guaraníes, de Paraguay. Que el arpa “no es nica”.

Don Camilo les respondió: “Tampoco la guitarra es de Nicaragua”.

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