En este sentido sabemos que desde hace cinco años se están ejecutando en todas sus estructuras el “Plan de Acción Institucional para el Fortalecimiento de Valores y Cambio de Actitud”,  que es una de las estrategias del gobierno para lograr la restitución de valores y derechos. A esto se le agrega que  el modelo de nuestra Policía tiene su base en sus orígenes, pues nació de una revolución emergida de un pueblo y que desde entonces existe una permanente interacción entre pueblo y policía. Relación que hoy se consolida mediante asambleas populares donde la  policía  habla directamente con su pueblo.

Esta política de inclusión ha sido determinante en el enfrentamiento de la violencia juvenil y en la labor de su entidad en general, pues en dichas asambleas participan religiosos, jóvenes, madres, personas de todas las edades, afiliaciones políticas y sectores sociales, lo cual denota gran interés por parte de amplios sectores de la sociedad. Logrando así la consolidación del  modelo de responsabilidad compartida, profundizando acciones de prevención y educación, uno de los principales temas planteados por la población.

Esta interacción policía- pueblo da como resultado indicadores que nos sitúan como el país mas seguro de América Latina y esto no se atribuye a los medios técnicos que posee nuestra policía, sino que los mismos responden al modelo de trabajo preventivo y comunitario de la misma, fortalecido por el principio participativo del gobierno, donde el centro lo ocupan las familias y donde  los planes de trabajo  no parten de arriba hacia abajo sino desde los problemas de seguridad de cada municipio y localidad del país.

Los indicadores oficiales de la Policía Nacional revelan que la criminalidad y la violencia han descendido en el país. El año pasado por primera vez desde 1985, las denuncias disminuyeron a 8 por ciento, y en el 2011 a un 6.6 por ciento. Y a la par que se disminuyeron las denuncias, se incrementó la efectividad policial. El 75.2 por ciento de las denuncias que se reciben en todo el país se refieren a faltas que no llegan a constituir delitos o a delitos de menor peligrosidad. Nicaragua cuenta con la tasa más baja de homicidios en Centroamérica. En 2010 esa tasa fue de 13 homicidios por cada cien mil habitantes, y en 2011 bajó a 12 homicidios. Mientras en otras capitales de Centroamérica se cometen diariamente entre 10 y 20 homicidios, en Managua se cometen un homicidio cada dos días.

Durante el 2011 se desarticularon 295 agrupaciones delictivas que operaban en Nicaragua, de estas 70 en Managua y ello supuso la captura de 697 personas, quienes con la nueva Ley del Crimen Organizado y con las coordinaciones para mejorar el Sistema de Justicia Penal, han sido penalizados el 90% de los miembros de estas agrupaciones.

Es evidente que las diversas acciones externas de la Policía, cuentan con un conjunto de acciones internas que son dignas de reconocimiento.  El año pasado, la Policía Nacional separó de sus cargos a 173 agentes, a quienes dio de baja deshonrosa por haber cometido actos de corrupción, de indisciplina, de violación al reglamento policial, y por abusar de su autoridad. Desde 2008 a 2011, el promedio anual de policías que han sido “dados de baja” es de 160. Esto nos indica que hay un trabajo permanente y constante  de vigilancia y supervisión de Asuntos Internos, de los mandos policiales y de la misma Insectoría, lo que permite detectar y corregir a tiempo actos que están fuera de la norma

La Dirección de Asuntos Internos de la Policía, en 2011 dio apertura a mil 919 expedientes, en los que resultaron sancionados administrativamente 1,063 uniformados. Unos 776 oficiales fueron denunciados por haber cometido supuestos actos de corrupción y se abrieron expedientes a 334 casos, de los cuales resultaron positivos 276.

De todos esos casos positivos, fueron sancionados 446 agentes involucrados. Entre las sanciones aprobadas están la baja deshonrosa a 116. Fueron aplicadas 62 sanciones administrativas a oficiales superiores, mientras que a subalternos fueron 252 y del área ejecutiva 723.

También las autoridades policiales dieron de baja a 35 agentes por habérseles comprobado que violaron los derechos humanos de pobladores, a través del abuso de autoridad, maltrato físico y exceso de fuerza. Un total de 22 fueron expulsados por cometer actos de indisciplina y no mostrar un cambio de actitud.

Todo esto demuestra que en Nicaragua tenemos  una Policía que es firme y  consistente en su formación-actuación, donde las acciones fuera del orden no corresponden a una política institucional, sino a hechos y acciones individuales, de ciudadanos policías que  deshonran el uniforme y a la institución, pero que a diferencia de otras instituciones – incluyendo las civiles y religiosas- donde con frecuencia se encubren, se apañan a los que comenten un ilícito, en la Policía Nacional se aplica con rigor las medidas disciplinarias tal como queda evidenciado en las cifras que en este articulo hemos compartido.

En su 33 Aniversario  todos los nicaragüenses debemos de sentirnos orgullosos de la policía que tenemos, ser vigilantes y propositivos, contribuir con acciones que consoliden el vinculo policía-pueblo, para que esos principios y valores no se devalúen sino que sean siempre el estandarte del accionar de nuestra Policía Nacional.

Rev. Miguel Ángel Casco González


Presidente de la Coordinadora Evangélica- CEPRES

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