El crimen más abominable, más injusto, más cruel de toda la historia de la humanidad fue el rechazo, crucifixión y muerte de Jesús de Nazareth. Dicho crimen fue cometido por el estado Sionista de Israel y por la religión Judía.
Normalmente, las noticias de Oriente Medio informan de ataques israelíes en territorio palestino. Esta vez, sorprendentemente para algunos, está ocurriendo lo contrario. Esta vez Gaza no se defiende, sino que ataca.
Para entender lo que acontece necesitamos conocer el origen, lo que ilustra su más amplia dimensión. Entender el suceso quiere decir entender el proceso.
EL PRIMER gobernador de la provincia española de Nicaragua, Pedrarias Dávila había llegado a León de Imabite padeciendo serias dolencias en los órganos uro-genitales. Cada año se hacía enterrar simbólicamente en un ataúd.
Ellos se “autoconvocaron”, ellos hicieron zanjas en las carreteras, ellos salieron a la calle y levantaron tranques, ellos amenazaron a los empresarios del COSEP con quemarles sus negocios si no se unían al paro. Ellos asesinaron a 22 policías.
El coronel norteamericano, Joseph Henry Pendleton, desde su campamento, había conminado a los rebeldes a la rendición. No entendía cómo podía ser que 500 hombres, con escaso armamento, siguieran resistiendo contra 2500 marines y 15 mil soldados.