Un elemento fundamental que en nuestra sociedad fue masacrado desde el fracasado golpe de estado fue la verdad que es la coincidencia entre una afirmación y los hechos. La verdad es un valor fundamental en cualquier sociedad.
Diego Fonseca está, sin lugar a dudas, en la lista de los escribidores a sueldo de la CIA. Fue en sus años mozos admirador del sandinismo; nos cuenta, para lavar su imagen, que tenía en su habitación un cartel con la imagen de Augusto César Sandino.
En estos tiempos de ascenso de las luchas populares en América Latina, no dejan de causarnos dolor algunas actuaciones a contrapelo de la historia de parte de compañeros que deberían conocer mejor la realidad de nuestros países.
Leyendo las más recientes declaraciones sobre Nicaragua brindadas en Roma, por la Ministra de Asuntos Exteriores del gobierno español, es importante analizar y aclarar algunos términos y expresiones.
La moción aprobada por la OEA, que básicamente acusa a Nicaragua de una utilización política de la justicia, es una obra maestra de la hipocresía. No sólo porque no toma la más mínima nota de la realidad de los hechos e impone.
Diario El País de España ha vuelto a arremeter en contra del Presidente Daniel Ortega y de Nicaragua. Siguen el guion, preparado en Washington, para quienes la Revolución Sandinista les causa incomodidad, acostumbrados a manejar a Nicaragua.