El soldado estadounidense Bradley Manning, quien fue sentenciado el miércoles a 35 años de prisión por filtrar documentos a Wikileaks, dio a conocer a través de un comunicado que le gustaría vivir el resto de su vida como mujer y que su nombre será Chelsea Manning.
“Mientras inicia la transición a esta nueva fase de mi vida, quiero que todos conozcan mi verdadero yo. Soy Chelsea Manning. Soy una mujer", escribió Manning en una nota difundida por su representante legal, David Coombs.
“Debido a cómo me siento ahora y cómo me he sentido desde la infancia, quiero comenzar una terapia hormonal tan pronto como sea posible. Espero que me apoyen en esta transición”, se lee en el mensaje.
"También solicito que, a partir de hoy, se refieran a mí por mi nuevo nombre y usen el pronombre femenino (excepto en el correo oficial a las instalaciones de confinamiento). Espero recibir cartas de personas que me apoyen y tener la oportunidad de escribir de nuevo”, manifestó el soldado.
La revelación hecha por Manning provocó comentarios en las redes sociales con el hashtag #FreeChelsea que aparece actualmente en Twitter.
Bradley Manning fue condenado a 35 años de cárcel por haber revelado entregado archivos clasificados a WikiLeaks en la mayor filtración de documentos secretos en la historia de los Estados Unidos.
Manning fue exonerado del cargo más grave, ayudar al enemigo, por el cual pudo enfrentar una cadena perpetua; sin embargo, fue imputado por otros 20 delitos, entre ellos violación de la ley de espionaje y robo de información gubernamental.
A inicios de agosto, la jueza militar estadounidense, coronel Denise Lind, decidió bajar la condena máxima de136 a 90 años de prisión al soldado Bradley Manning, acusado de filtrar cables secretos del Gobierno de Estados Unidos.
Manning se enfrentará a una sentencia que podría condenarlo a 90 años de prisión ahora que la jueza concedió la solicitud que la defensa interpuso tras el veredicto a finales de julio.
El militar de 25 años fue arrestado en mayo de 2010 y permaneció encarcelado desde hace casi tres años sin ser sometido a juicio, cuando la ley militar estadounidense fija un plazo máximo de 120 días para esos procesos legales.
El soldado, natural de la ciudad de Crescent, Oklahoma (centro de Estados Unidos) fue puesto bajo máxima custodia por nueve meses en la base de Quantico, en el estado de Virginia (centro-este), donde estuvo confinado en un calabozo pequeño, sin ventanas y con una única vista al pasillo a través de las rejas.