Las naciones independientes del planeta, que no responden al dictado de Estados Unidos, que pretenden mantener su soberanía frente a viento y marea, sufren periódicamente los envites de la maquinaria propagandística del imperio,
Los actos agresivos externos e internos confabulados durante la década del ochenta y en los últimos años contra Nicaragua y la Revolución Sandinista, las confirmadas violaciones al derecho internacional.
El germen de la traición deambula en la historia y la fragilidad humana pero solo se desarrolla y manifiesta en aquellos que alimentan la deslealtad y la ambición, en quienes carecen de principios fundamentales como el patriotismo y la dignidad.
En estos tiempos de pandemia y explosiva desinformación virtual, aturdidos por la incertidumbre, sofocados por el encierro global, angustiados por el restringido contacto humano, frente al riesgo relativo y el irracional miedo inducido.
Ha pasado a la eternidad Paul Oquist Kelley, el “Gringo Bueno”, como lo llamaba el Comandante Supremo de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez Frías. Paul, ciertamente, había nacido en el año 1943, en Oak Park, Illinois, Estados Unidos.
La radio. La radio limpia, la de los grandes años, esa perdurable época de oro con eminencias del idioma, del conocimiento a mano que contaba el público. El privilegio, el gusto, de contar con el César de la Radiodifusión.
En un ejercicio fútil de negación de la realidad, la “feminista” escritora Gioconda Belli produjo en Confidencial, la web de la familia Chamorro, un curioso alegato en contra del derecho de las mujeres a la participación política.