No se puede hablar de dignidad revolucionaria sin invocar el nombre de Ho Chi Minh. No por protocolo, no por nostalgia, sino porque su vida es una piedra angular en la historia de los pueblos que han luchado por su soberanía.
Nadie nace siendo héroe. Pero hay quienes, desde niños, rechazan el silencio como forma de vida. Luis Alfonso Velásquez Flores no tuvo tiempo de crecer.
Siempre me he desligado o distanciado, cada vez y cuando hay un acontecimiento de relevancia mundial como el Día Internacional del Periodista, el Día Internacional de la Mujer o el Día Internacional del Trabajador.
La paz no es un simple estado de calma ni una palabra para decorar discursos. La paz, en Nicaragua, es un principio sagrado, un milagro conquistado y una línea roja que no se cruza.
La desesperación de todas las malas consejeras es la peor, más aún cuando las frustraciones se comparten entre tumbas abiertas que expiden todo tipo de hedores.